8.2.17

Muro Trump: ¿"arma geopolítica" de Exxon Mobil vs el “México neoliberal itamita”?

Alfredo Jalife-Rahme

El muro Trump –programado por Bill Clinton y construido en su tercera parte por Baby Bush ante las narices anósmicas de los panistas locuaces Fox y Calderón (https://goo.gl/n7UF65)– comporta lecturas multifactoriales, como la contención de la epidemia de heroína/fentanilo (https://goo.gl/WCp3aj), que supera el vulgar mercantilismo unidimensional del fracasado TLCAN (https://goo.gl/5QEUMA).

Steve Horn aporta su hermenéutica: “el muro de Trump en la frontera con México puede ser el caballo de Troya para incrementar las exportaciones petroleras de EU (https://goo.gl/v2haKx)”.

Trump califica la terminación del ignominioso muro transfronterizo de grande, bello, poderoso, avalado por un tuit del premier israelí Netanyahu, quien opera el supremacismo racista del sionismo, similar al de los WASP (blancos protestantes anglosajones) del presidente 45.

Según Horn, Trump ha citado la penetración de drogas en la frontera, el incremento de crímenes y otras preocupaciones de seguridad nacional como la razón de su construcción. El inicuo pago del muro Trump por México puede ser resuelto mediante la aplicación de un 20 por ciento de impuestos a las importaciones mexicanas: el famoso ajuste fronterizo del Partido Republicano, que retribuye las materias primas exportadas por EU con un impuesto de rembolso mientras golpea las importaciones con una tarifa de 20 por ciento. A juicio de Horn, parte de esos impuestos podría ser generada ofreciendo incentivos al incremento de las exportaciones petroleras de EU a México.

Marc Thiessen, del ultraconservador neoliberal AEI, arguye que el ajuste fronterizo aliviaría el amplio déficit comercial de EU con México al recaudar 13 mil millones de dólares al año (https://goo.gl/XOtZu0). Así el muro Trump podría ser pagado en dos años.

Sin muro de por medio, en Alemania, primera potencia geoeconómica de Europa, el gobierno de Angela Merkel sufre también las consecuencias de su déficit comercial con EU por 59 mil millones de dólares, que Trump amenazó corregir (https://goo.gl/Pn1qac).

La contraparte del ajuste fronterizo radica en las exportaciones de petróleo de EU, y uno de sus proponentes es el representante texano por el Partido Republicano Kevin Brady, mandamás camaral del Comité Medios y Métodos, con poderosos vínculos con la gigante petrolera Exxon Mobil, que le ha gratificado su campaña electoral (https://goo.gl/0ysmbK).

Viene la parte fina, a juicio de Horn: “EU posee un puñado de gasoductos propuestos para atravesar la frontera de EU con México, varios propiedad del constructor TransCanada, de Keystone XL, y otro, el gasoducto Dakota Access, propiedad de Energy Transfer Partners, que enviaría el gas natural obtenido mediante fracking al sur de la frontera (https://goo.gl/lWR3CA)”.

En forma caústica, Horn había bautizado a TransCanada como TransMéxico cuando ganó la licitación para el gasoducto submarino a lo largo del Golfo de México (https://goo.gl/HhXAiU).

Por cierto, el premier de Canadá, Justin Trudeau –quien vendió al “México neoliberal itamita” como lo han hecho Israel y Japón hasta ahora–, cambió su gabinete con antelación a su renegociación comercial bilateral con EU, y su primera medida fue dar a Trump el acceso a los gasoductos Keystone XL/Dakota Access que había prohibido Obama.

Según US IEA, México es el mayor importador de los productos (sic) de petróleo crudo de EU en el mundo.

Horn rememora cómo la secretaria de Estado Hillary Clinton abogó por la privatización de Pemex, según filtración de Wikileaks (https://goo.gl/HK8tNA).

Según Desmog, a partir de las reformas constitucionales de diciembre del 2013, “las llaves de la industria de petróleo y gas de México están ahora abiertas a las trasnacionales (https://goo.gl/c6u9Uz)”, a lo que contribuyeron varios funcionarios importantes de EU que “ahora trabajan de cabilderos, consultores y analistas de think tanks”, con la fauna de entreguistas locales aglutinados en el Wilson Center/ITAM por los súbditos mexicanos de Condy Rice, ex secretaria de Seguridad Nacional con Baby Bush y hoy accionista de Chevron (https://goo.gl/DfhRdO).

De acuerdo con el esquema de ajuste fronterizo, las pocas exportaciones que quedan en el entreguista “México neoliberal itamita” se verían afectadas con 20 por ciento de impuestos, mientras las exportaciones de Exxon Mobil a México gozarían de la retribución generosa de EU con rembolsos por sus exportaciones.

El déficit comercial global de EU es de 500 mil millones de dólares y el trumpismo se lo hará pagar al mundo y, en imitación al reaganomics y su polémica curva de Laffer, recortaría los impuestos a sus megatrasnacionales.

Rex Tillerson, ex mandamás de Exxon Mobil ahora a cargo de la Secretaría de Estado, apoya la política exportadora de petróleo, mientras se oponen los refinadores American Fuels and Petrochemical Manufactures y Koch Industries.

Durante su confirmación en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Tillerson declaró que apoyaba “usar las exportaciones de petróleo y gas como instrumento geopolítico (¡supersic!, https://goo.gl/lIaZ35)”.

En el Comité de Finanzas del Senado el Partido Demócrata se opone al ajuste fronterizo,mientras el megabanco Goldman Sachs juzga que “serviría como una bendición (sic) para las exportaciones petroleras, que perjudicaría a los consumidores y a los refinadores domésticos, al elevar potencialmente el precio global del petróleo en 25 por ciento (https://goo.gl/isYgLa)”.

Uno de los beneficiarios de las dos órdenes ejecutivas de Trump para aprobar los gasoductos de Dakota Access y Keystone XL es el mandamás de Continental Resources –que opera el fracking del gas esquisto en Bakken (Dakota del Norte)–, Harold Hamm, uno de los mayores donadores a la campaña del presidente 45.

Así, Dakota Access transportará el gas/petróleo esquisto del polémico fracking desde Bakken hasta las refinerías, así como al mercado global de exportación, al conectarse con el gasoducto de Energy Transfer Crude Oil Company (https://goo.gl/qC2vKa).

Según The Economist, portavoz de la agónica globalización financierista, el ajuste fronterizo tendrá dos consecuencias: 1) una apreciación de 25 por ciento del dólar, lo cual pondrá en peligro el valor de las deudas en dólares de los mercados emergentes, entre los que destaca el “México neoliberal itamita”, que pondrá en riesgo a sus economías, y 2) beneficiaría irónicamente el portafolio de 3 billones de dólares de China, que se apreciaría en su cuarta parte (https://goo.gl/DTNxoS).

En sincronía con la geopolítica del trumpismo petrolero en conjunción con Exxon Mobil, desde Rusia (la gran triunfadora) hasta el “México neoliberal itamita (el supremo perdedor)”, el Partido Republicano “se ha apresurado a abolir las reglamentaciones/regulaciones restrictivas del petróleo y gas (https://goo.gl/dQENHN)”.

Global Witness resalta “el gran regalo del Partido Republicano a la megaindustria petrolera de EU (https://goo.gl/ivvSLL)” y opina que la industria del petróleo/gas/minas es “la más corrupta del planeta (https://goo.gl/ohKHRQ)”.

El Partido Republicano, apuntalado por el trumpismo WASP, regresó a sus orígenes petroleros geopolíticos.

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