21.9.18

Juárez, el estratega republicano

Álvaro Cepeda Neri 
 
Ante la irrupción de los neorreaccionarios que, por años, se han empeñado en debilitar al Estado en sus funciones sustanciales, es necesario volver la mirada sobre la vida y obra de Benito Juárez. Frente a los enemigos de la democracia y el laicismo, la alternativa es avanzar con la Constitución, no contra ella


Dice Robin G Collingwood que “la autobiografía de un hombre cuyo oficio es pensar debería ser la historia de su pensamiento”[1] y, con ese hilo conductor, la de Benito Juárez debe ser la biografía del estadista y no tanto la anecdótica de quien fue hijo de Brígida García y Marcelino Juárez, y que nació el 21 de marzo de 1806. De sus padres, decía: “A quienes tuve la desgracia de no haber conocido… Indios de la raza primitiva del país, porque apenas tenía yo 3 años cuando murieron, habiendo quedado con mis hermanos María Josefa y Rosa, al cuidado de nuestros abuelos paternos Pedro Juárez y Justa López, indios también de la nación zapoteca”[2].

Se ha hecho lugar común hablar de la muy ciertamente virtud de la férrea voluntad del indio originario de San Pablo Guelatao. Y de la que fue dejando testimonios iniciados con un suceso contando por él mismo, cuidando un pequeño rebaño de ovejas, una de las cuales le fue robada por unos arrieros (ladrones que en lugar de hacer un daño patrimonial a su tío y un inmenso bien a la nación), lograron que fuera finalmente la “gota de agua” para decidirse a llevar a cabo la idea que fue madurando de aprender el español: “Procurarme mi educación”, por lo que “a los 12 años de edad, me fugué de mi casa y marché a pie a la Ciudad de Oaxaca, donde llegué la noche del mismo día”. Hay varias historias que cuentan, con lujo de detalles y hasta exageraciones, lo que Juárez, sin dramatizar, liquida en unas cuantas líneas. Una de esas biografías es la de Ralph Roeder[3].

Y si bien una persona nace y muere en un espacio y tiempo determinados que son necesarios hasta para el más común de los mortales, es difícil fijar esas coordenadas en el caso de un hombre singular, convertido en históricamente in-mor-tal, como es el caso de Juárez. No obstante, debemos agregar que su muerte tuvo lugar el 18 de julio de 1872, cuando ya había cumplido 66 años.

Oaxaqueño-zapoteco, Juárez fue aceptado por el franciscano y encuadernador Antonio Salanueva, quien a cambio de su trabajo de ayudante le enseñó el castellano, a leer, escribir, algo de aritmética y hasta gramática. Se inscribió en el Seminario Conciliar de Oaxaca, avalado por su protector y pronto lo abandonó para no continuar estudios metafísicos que no lo convencían. No obstante, concluyó una especie de licenciatura literaria. Se le hizo tarde para ingresar a estudiar la carrera de derecho, de la que obtuvo el título en 1834.

Ya para entonces se conocía algo del pensamiento del liberalismo político y económico, llegado de viva voz por quienes venían a nuestro país en calidad de visitantes y residentes que hicieron de ésta su segunda patria y/o lugar para hacer negocios; además, por folletos, libros y demás medios de información. Juárez, para entonces, tenía bastante conocimiento del doble liberalismo y, sobre todo, de la corriente llegada de España, si atendemos que como investigó José Luis Abellán, en su libro Liberalismo y Romanticismo 1808-1874, es en ese país, cuya conquista y coloniaje le impuso al nuestro durante más de 4 siglos, donde son de “origen español las palabras liberal y liberalismo y, de hecho, sabemos que la palabra liberal aparece en la literatura castellana hacia 1280, con el sentido que ha tenido tradicionalmente de tolerante, generoso, desprendido, etcétera. Y que es en Cadiz, durante las cortes celebradas en aquella ciudad entre 1810 y 1813, donde adquiere por primera vez el sentido político con que pasaría a la historia… De la palabra liberal arranca la formación del vocablo liberalismo como doctrina política compartida por los liberales, en la que se defiende el principio constitucional frente al absolutismo y la soberanía nacional frente a la real, poniendo al individuo como eje de la política en cuanto la personalidad humana es fuente de derechos y libertades inviolables”[4].

Dos datos más confirman la llegada, por las playas mexicanas (por Acapulco y Veracruz), de información sobre el liberalismo político: la llegada a México del comerciante español Juan Antonio Lerdo de Tejada –padre de Miguel y Sebastián–, quien traía consigo una concepción del liberalismo económico, como puede constatarse en su libro Cartas de un comerciante español 1811-1817. Sobre todo fue su hijo Miguel Lerdo de Tejada, el coautor de las Leyes de Reforma, una inteligencia poderosísima e ilustrada sobre el liberalismo, ciertamente, en lo económico, pero muy peculiarmente en lo político.

Lo anterior, como puntos de referencia sobre cómo Juárez pudo enterarse de esas ideas modernas que también provenían de los estadunidenses, quienes para esas fechas ya habían adquirido su mayoría de edad política con base en la doctrina del liberalismo en su doble vertiente: económico y político. Tan es así que con las corrientes de información europea, Juárez ya era reputado de liberal: “uno de los sostenedores más ardientes de las ideas liberales” en su estado natal, donde –de 1831 a finales de 1845– participó activamente de la vida política para después ser electo diputado federal del Congreso que el déspota Antonio López de Santa Anna disolvió en ese mismo año. Por eso Juárez regresó a la tierra donde se hizo adolescente y adulto para, al término de un periodo de caos, ser electo gobernador constitucional y después reelecto, con lo cual ocupó el poder Ejecutivo estatal casi de 1847 a 1852.

De ese periodo nació lo que después se conoció, a nivel nacional, como buen gobierno republicano. No concluyó su gestión, porque “el general Ignacio Comonfort, presidente de la República, nombró a D. Benito Juárez –siendo gobernador de Oaxaca, el 19 de octubre de 1857– secretario de Estado y del despacho de Gobernación”[5].

Existe un libro magistralmente excepcional con la biografía de Juárez y precisamente del Juárez gobernante, donde se investigan las semillas que dieron origen al estadista: Exposiciones. Cómo se gobierna. Benito Juárez, trabajo biográfico de Anastasio Zerecero, con notas de Ángel Pola. En él se encuentra la biografía, más que personal, la que en sentido crítico hemos apuntado al inicio, o sea el rastreo de la obra de Juárez como un político consumado, en los términos que tan certeramente expuso el talentoso historiador Daniel Cosío Villegas.

 “Juárez, por ejemplo, no era como lo pintan sus enemigos, un hombre con la sola virtud del temple; tampoco era, como lo quieren sus apologistas, sólo un gran estadista; menos todavía era un visionario, sino un hombre de principios, que no es lo mismo y es mejor; era, además, un estupendo, un consumado político. Tenía los ingredientes que hacen al gran político: una pasión devoradora por la política, como que ella, al fin, lo consumió y una capacidad de lucha tal, que engendra placer y hace innecesario el reposo (muy pocas horas antes de morir se alegra de la noticia de que el paquete americano retrase su salida un día, pues así –dice­– llevará al mundo la noticia de la ocupación de Monterrey). Y Juárez tenía también otro ingrediente del político, sólo que la leyenda y el lugar común lo han desfigurado tanto al pobre, que han acabado por arrebatárselo: era flexible y conciliador”[6].

Según Cosío Villegas, Juárez conocía la naturaleza humana en sus miserias y grandezas. “Todo eso lo sabía Juárez, y porque lo sabía, jamás tuvo la actitud suicida de querer purificar al hombre sometiéndolo a la desagradable prueba del fuego, ni recrear al país con una varita mágica de virtud. Rara vez atacó de frente una gran reforma; tenía una noción clara y fina, que quizás sólo una vez se empañó, de cuáles metas pueden alcanzarse en el primer esfuerzo y cuáles metas en el segundo. Por eso Juárez tenía otro de los ingredientes necesarios al político: la percepción del principio, y su aplicación cotidiana, de que en política son pocas las batallas y muchas las escaramuzas, y de que deben ganarse todas éstas para vencer en alguna de aquéllas”.

Ese retrato biográfico de Juárez pinta al estadista que, formado en el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca, después de su casi autoeducación, empezó a tomar “notas después de 1836 de obras de Virgilio y de Tácito; Humboldt, Prescott y Chateubriand, entre otros textos”[7]. En el Archivo General de la Nación, como escribió Leticia Mendoza Toro, se encuentra el cuaderno de notas de Benito Juárez, hallado por Los Amigos de los Archivos y Bibliotecas de Oaxaca, AC.

Juárez fue un animal político con una clarísima concepción del naciente republicanismo y del incipiente presidencialismo democrático, por vía electoral, que parió el federalismo estadunidense, si nos asomamos al proceso de la descolonización e independencia de ese país en las páginas de, cuando menos, dos trabajos que nos informan sobre esa experiencia[8] y que, adelantándose a la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano del 1789 de la Revolución Francesa fue, en “la proclamación de Independencia de Estados Unidos del 4 de julio 1776, la primera exposición de una serie de Derechos del Hombre”; como lo fundamenta Georg Jellinek en su deslumbrante ensayo La declaración de los derechos del hombre y del ciudadano[9].

Perseguido político de Santa Anna, Juárez fue encarcelado en los calabozos de San Juan de Ulúa y después enviado al ostracismo a Nueva Orleans, donde sobrevivió con otros connotados liberales y opositores de la dictadura del Quince uñas[10]. Como simple obrero de una cigarrera y conspirando para derrocar al déspota que usó las primeras botas de charol durante los 22 años que asaltó la Presidencia del país[11], fue lector de los periódicos, con sus compañeros de destino, donde aparecían –durante su exilio de 1853 a 1855, aproximadamente– las informaciones de la formación federalista, republicana y democrática de esa nación.

La formación de Juárez seguía siendo sobre la marcha de su vida en la experiencia que le tocó vivir, compartir y finalmente construir en su patria, a partir de cuando la triunfante Revolución Democrática de Ayutla fue nombrado ministro de Justicia y Negocios Eclesiásticos por el entonces presidente de la República y uno de los padres fundadores de la Generación de la Reforma, don Juan Álvarez. A partir de ese nombramiento, del 4 de octubre de 1855 hasta el 18 de julio de 1872, Juárez fue el centro de gravedad política e histórica para convertirse en el Hidalgo continuador por la Independencia de la nación mexicana, iniciada por Miguel Hidalgo y José María Morelos en 1810.

Es la biografía del estadista la relevante para precisamente describir la vida de Juárez, con cuya obra republicana se engrana para ser una y la misma durante casi 17 años. En ese lapso, fue presidente interino (1858-1861). Esto, porque tras la renuncia de Ignacio Comonfort –según el artículo 79 de la Constitución de 1857–, a Juárez, entonces presidente de la Suprema Corte de Justicia, le correspondía ejercer el cargo interinamente[12] y de manera legal, con la legitimidad de su trabajo político como la de haber constituido, con Juan Álvarez y los liberales, los combatientes de nuestra gloriosa Revolución de Ayutla.

Ni limitada ni reglamentada y menos prohibida la reelección, al término de su interinato Juárez se presentó como candidato a las elecciones para obtener la victoria electoral que lo hace presidente de la República para el periodo de 1861-1865. Entonces el presidente duraba en su cargo 4 años. Esa Presidencia juarista fue el escenario de la perversa invasión francesa, porque el gobierno mexicano no resolvía las reclamaciones de Inglaterra, España y la misma Francia (de Napoleón) por pago de la deuda externa. Esos países, alentados por los conservadores y el clero-político, no aceptaron el arreglo pacífico que proponía Juárez, porque buscaban nuevamente apoderarse de México para imponer una monarquía preconstitucional y absolutista, como sucursal de la francesa. Ante la amenaza, el 25 de enero de 1862, Juárez decretó la suspensión de la deuda y declaró traidores a los reaccionarios mexicanos que buscaban derrocarlo y poner en su lugar a uno de ellos o en su defecto a un emperador extranjero.

Ingleses y españoles aceptaron las negociaciones con el gobierno juarista, mientras los franceses con Napoleón III resolvieron invadir militarmente nuestro país, conquistarlo y quedárselo como botín. Juárez, los liberales y los grupos nacionales conscientes del problema y la agresión de la guerra, dispusieron defender a la nación y su integridad territorial con la fuerza de la razón y las armas. Las tropas españolas e inglesas se retiraron de Veracruz, mientras las francesas avanzaron hacia Puebla y el 5 de mayo de 1862 –tal y como le dio parte de guerra Ignacio Zaragoza al presidente Benito Juárez: “las armas se han cubierto de gloria”– fueron derrotadas en una gesta heroica que parecía imposible en el momento de su realización. El déspota Napoleón empequeñeció más y, colérico por el revés militar que lo desacreditó por toda Europa, envió más tropas: 30 mil soldados bien pertrechados, al mando de uno de sus generales cargados de medallas por méritos en otros combates. Fue tal la embestida –que duró 2 años, de 1863 a 1865–, que Juárez, para seguir resistiendo y convertido en un estratega político, estableció la sede del gobierno y sus instituciones republicanas en San Luis Potosí y después en Chihuahua.

En diciembre de 1865 concluía el periodo presidencial de Juárez, pero en esa coyuntura dramática, sabía que era más que imposible convocar a elecciones constitucionales. Asumió la responsabilidad de prorrogar sus facultades y suspender el proceso electoral.

Sin éxito, los conservadores –e incluso los liberales y militares– buscaron deshacerse de Juárez. Pero él, con los ojos del estadista, veía que el proceso electoral hubiera sido la gran oportunidad para llevar a cabo los fines aviesos de franceses y conservadores mexicanos que les permitiría consolidar la traición. El grupo liberal se escindió: la deserción de González Ortega causó rupturas irreparables, pero Juárez se mantuvo firme en el cumplimiento de su deber.

Como presidente, porque había asumido nuevamente la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y con los liberales leales a la causa de la República y en defensa de la integridad territorial, como contra la amenaza de cambiar el régimen político por una monarquía ya ni siquiera nativa, sino extranjera, se dedicó a mantener la legítima oposición a la invasión franceses. Ya para entonces, los traidores del conservadurismo, el clero político y estratos de la oligarquía habían traído al ingenuo de Maximiliano, quien, creyendo en los Tratados de Miramar, reclamaba la retirada de Napoleón III para que mantuviera a sus tropas hasta su entronizamiento como emperador de México.

Maximiliano nunca fue, legal y menos legítimamente, emperador de nuestro país, por dos razones fundamentales: ningún Congreso constituyente contrarreformó la Constitución vigente de 1857. Y como escribió el historiador Gastón García Cantú respecto al recuento de los gobiernos que hemos tenido de Guadalupe Victoria a la fecha: “el de Maximiliano jamás lo fue, como tampoco la regencia de arzobispos y generales que le antecedió, porque Juárez era Presidente de la República”[13]. Y es que el indio de Guelatao no había renunciado ni abandonado el territorio. Y en cambio defendía las instituciones liberales y la Constitución vigente sin rendirse ni titubear en ningún momento.

Para el segundo periodo de 1865-1867 (tercero, con los años del interinato), Juárez, con los grupos liberales leales a la causa de la nación en defensa de su soberanía política y territorial y a través de sus respectivas tropas, se encontró frente a frente con el invasor Maximiliano y los traidores de la facción más desafiante de los reaccionarios que se resistían: al triunfo de las Leyes de Reforma, la consolidación del Estado laico, la separación del Estado y la Iglesia (como el sometimiento de ésta al imperio de la ley constitucional) y la victoria, pues, de la República.

Los reaccionarios, “que al fin son mexicanos”, eran quienes tenían como factor común con sus compañeros de viaje los conservadores europeos y sobre todo españoles, “la característica esencial de reaccionar, de negar las concepciones políticas tanto de la ilustración cuando del liberalismo…resultado de la exaltación religiosa (y) la identificación que el mito reaccionario ha efectuado del Antiguo Régimen con la causa del bien, y la filosofía, Ilustración y el liberalismo con la causa del mal”[14].

No fue la lucha de la Generación de la Reforma, con sus singulares individualidades y los estratos sociales de la nación que los apoyaron hasta las últimas consecuencias, un combate fácil contra quienes manipulaban los sentimientos religiosos de la población para llevar agua a su molino, en el contexto de que los conservadores dividían a los mexicanos “en dos bandos irreconciliables: los católicos (nativos de ascendencia española contra los mestizos e indígenas), monárquicos netos y absolutos; y, los impíos liberales (agentes del diablo), traidores a la patria y miembros de una conspiración internacional para destruir la sociedad, la Iglesia y las instituciones tradicionales. Todo compromiso es impiedad, pacto con el demonio; no hay más solución que el exterminio… Que será usado como una de las más eficaces palancas para la persecución y represión del naciente mundo liberal”[15].

Los reaccionarios no eran ni se comportaron como adversarios, sino enemigos a muerte que no daban cuartel y a los que Juárez sometió con todos los recursos militares y políticos que, con los soldados y los Mariano Escobedo, Ramón Corona y Porfirio Díaz, constituyeron la obra de la estrategia republicana de Juárez.

Ante la heroica resistencia de los liberales mexicanos, los franceses que tenían todo que perder y ya nada que ganar optaron por la retirada de su milicia hasta abandonar el país, dejando a Maximiliano a la suerte de sus generales Miramón, Leonardo Márquez y ese sui géneris de Tomás Mejía (un indígena como Juárez que hizo honor a su calidad de adversario en las filas de la reacción). Ante el retroceso de las tropas conservadoras y asumir Maximiliano su mando para dirigirse a Querétaro, Juárez inició su regreso. De Ciudad Juárez se trasladó a la capital de Chihuahua y después a Zacatecas (donde Miramón estuvo a punto de tomarlo prisionero).

Pero Juárez se escapó en las narices del general conservador y siguió avanzando para llegar a San Luis Potosí en febrero de 1867. Entre tanto, las fuerzas militares liberales acorralaron a Maximiliano, Miramón y Mejía en la capital queretana y estos se rindieron el 15 de mayo de 1867. Porfirio Díaz, por su parte, hacía huir al chacal de Leonardo Márquez y reconquistaba la ciudad de México para la entrada triunfal de Juárez y la República el 15 de julio de 1867.

Antes del regreso a la capital del país y conforme a la ley del 25 de enero de 1862, Mejía, Miramón y Maximiliano fueron juzgados, con sus derechos a salvo para su defensa por reconocidos abogados, y sentenciados a ser fusilados en el cerro de Las Campanas el 19 de junio de 1867. En ese año, como puede deducirse, tuvieron lugar tales acontecimientos, que fueron los que le imprimieron el viraje histórico a la lucha liberal y con los que coronaron su triunfo, mientras el cetro y la corona del austríaco no pudieron ungir al usurpador.

Al entrar a la capital del país, Juárez y los liberales habían cumplido con su deber constitucional de mantener sus instituciones y la integridad territorial. Fue ese 15 de julio de 1867 que el estratega republicano pronunció, como un moderno Pericles, el discurso en honor de la República y “el mejor elogio de aquellos que por su heroísmo” contribuyeron a salvar a la nación (Tucídides, La guerra del Peloponeso. Oración Fúnebre de Pericles de Atenas. Editorial Cátedra). Y, por cierto, 136 años después, un heredero de los conservadores, el ultraderechista y antijuarista Vicente Fox, se atrevió a sacar de Los Pinos el retrato de Juárez pintado por Tiburcio Sánchez en 1889 y que otro reaccionario como Santiago Creel, diciendo que el cuadro honraría el edificio de Bucareli, lo remitió a Palacio Nacional, no pudo menos que invocar al ilustre oaxaqueño y rendirse ante la grandeza del indio de Guelatao, para presumir al Juárez históricamente vigente: “Hace ya más de un siglo, uno de los más grandes estadistas de mi país y de América, Benito Juárez, afirmó que: entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”[16].

Terminada la guerra con Francia, y ante la convocatoria para elecciones, presentó Juárez nuevamente su candidatura y el Congreso lo declaró presidente para el periodo 1867-1871. En la incipiente democracia en transición a su consolidación (interrumpida después por Porfirio Díaz), eran legítimas las protestas e incluso hubo rebeliones. El tercer ejercicio presidencial, ya desgastante, provocaba cansancio entre los mexicanos y sobre todo en los grupos afines a Porfirio Díaz, quien alegaba méritos para llegar a la Presidencia de la República.

Juárez, mientras tanto, controlando unas y otras, con medidas que le valieron entonces y sobre todo con el transcurso del tiempo calificativos de autoritarismo, puso manos a su obra constructiva, como fue el establecimiento de la enseñanza laica que volvió a remover el viejo malestar de los reaccionarios que, vencidos una y otra vez, insistían en sus desafíos para echar abajo esa conquista del liberalismo ilustrado.

Sobre este personaje histórico existen numerosas obras que analizan y reconocen, como también las que critican y hasta impugnan su obra como presidente. Los 15 tomos documentales, cuyas notas y selección son de la autoría de Jorge L Tamayo[17], y los tres volúmenes sobre la administración pública juarista, coordinados bajo supervisión de una dependencia oficial[18], así como un trabajo de indispensable consulta sobre la Reforma desde 1854 a 1875, en cuatro formidables tomos[19]. Con la lectura de contexto para los anteriores, de una tesis doctoral sobre la Reforma[20]. Además de Francisco Bulnes, Juárez y las Revoluciones de Ayutla y de Reforma; y El verdadero Juárez y la verdad sobre la Intervención y el imperio.

Referencias:

 [1] R G Collingwood, Autobiografía. Fondo de Cultura Económica.
[2] Benito Juárez. Apuntes para mis hijos. Centro Mexicano de Estudios Culturales, México, 1981.
[3] Ralph Roeder, Juárez y su México, Fondo de Cultura Económica, México,1984.
[4] José Luis Abellán, Liberalismo y Romanticismo: 1808-1874, Espasa-Calpe, España, 1984.
[5] Ángel Pola, “Exposiciones. Cómo se gobierna. Benito Juárez”. Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, México, 1987.
[6] Daniel Cosío Villegas, Historia moderna de México”, Editorial Hermes, México, 1959.
[7] Benito Juárez, Cuaderno de notas, editado como “Las lecturas de Juárez”, publicado por Amigos de los Archivos y Bibliotecas de Oaxaca, AC; México, 1998.
[8] Varios autores, Historia de los Estados Unidos. La experiencia democrática, Editorial Limusa, México, 1969. Y varios autores, Estados Unidos. Una civilización, Editorial Labor, España, 1975.
[9] Georg Jellinek, La declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, Editorial Nueva España, México, 1953.
[10] Leopoldo Zamora Plowes, “Quince uñas y Casanova aventureros. Santa Anna, ese desconocido”, editorial Grijalbo, México, 1997.
[11] Carmen Vázquez Mantecón, Santa Anna y la encrucijada del Estado. La dictadura (1853-1855), Fondo de Cultura Económica, México, 1986.
[12] Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos de 1857.
[13] Gastón García Cantú, El pensamiento de la reacción mexicana. Historia documental 1810-1962, Empresas Editoriales, SA, México, 1965.
[14] Javier Herrero, Los orígenes del pensamiento reaccionario español, Editorial Cuadernos para el Diálogo, España, 1971.
[15] Javier Herrero, obra citada.
[16] Patricia Ruiz Manjarrez, José Luis Ruiz; al alimón: Víctor
 Chávez y Alejandro Ramos, Claudia Guerrero y Juan Manuel Venegas,  respectivamente, Milenio, El Universal, El Financiero, Reforma y La Jornada, 29 de enero de 2003.
[17] Jorge L Tamayo, Benito Juárez (15 tomos). Editorial Libros de México, México, 1972.
[18] José Rosovsky, Primitivo Rodríguez y José Luis García, La administración pública en la época de Juárez (tres tomos), gobierno federal,  México, 1974.
[19] Mario V Guzmán Galarza, Documentos básicos de la Reforma (cuatro tomos), Edición de Humberto Hiriart Urdanivia, México, 1982.
[20] Jacqueline Covo, Las ideas de la Reforma en México 1855-1861, UNAM.

20.9.18

La lucha contra la corrupción requiere una revolución cultural

Marta Harnecker

1. Herencia Cultural que crea ambiente propicio para la corrupción

1. Para hablar de estos temas voy a partir de lo que ha ocurrido en América Latina, aunque mucho de lo que diga puede aplicarse a otros países del globo.

2. Gobiernos antineoliberales como Venezuela, Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia y Ecuador, lograron en tiempos recién pasados disminuir sensiblemente las desigualdades y la exclusión social, al potenciar el poder económico y político de los sectores populares en lugar de proteger y ampliar las ganancias de los sectores empresariales. Concuerdo con Emir Sader en que los cambios “en estos países fueron enormes, los más significativos hasta entonces experimentados”.

3. La gran pregunta es por qué hoy la izquierda está a la defensiva; por qué y cómo, después de lograr imponer su hegemonía al conjunto de la sociedad, la ha perdido.

4. Para entender lo que ocurre debemos recordar que las políticas neoliberales, implementadas por el gran capital financiero transnacional, han venido imponiéndose respaldadas por su gran poderío militar y mediático, cuyo centro hegemónico son los Estados Unidos. Esto a pesar de que no sólo no han resuelto los problemas de la gente sino que han agudizado vertiginosamente la miseria y la exclusión social, mientras las riquezas se concentran en cada vez menos manos.

5. Por otra parte, nuestra clase trabajadora actualmente muy heterogénea, ha sido muy debilitada por los procesos de flexibilización laboral y subcontratación, y está muy dividida internamente. Esto no es sólo por las condiciones objetivas creadas por el neoliberalismo, sino también por diferencias ideológicas, personalismos, caudillismos. Por todas estas razones suele no estar en la primera línea del combate.

6. Existe —como dice Álvaro García Linera, vicepresidente de Bolivia— un esfuerzo denodado desde los medios de comunicación, desde ciertas ONGs, desde intelectuales orgánicos de la derecha, por devaluar, por poner en duda, por cuestionar la idea y el proyecto de cambio y de revolución.”

7. Un sistema tan injusto e inhumano solo logra mantenerse porque sufrimos una pesada carga cultural : una cultura individualista del sálvese quien pueda; una cultura paternalista, que nos ha acostumbrado a esperar del Estado las soluciones en lugar de organizarnos y luchar por conseguirlas; una cultura consumista, que nos lleva a pensar en que si tenemos más somos mejores, en lugar de sentirnos mal por tener cosas superfluas mientras hay quienes muy cerca de nosotros no tienen lo mínimo para vivir dignamente.

8. Y lo peor —como dice el investigador chileno, Carlos Ruiz— es que los sectores burgueses han logrado sembrar sus valores y generar una amplia aceptación popular del orden social capitalista . Es decir, han logrado la dirección cultural sobre la sociedad y por ello han logrado gobernar por consenso más que usando el látigo. Su propaganda suele estar tan bien elaborada que no sólo logra crear necesidades artificiales, sino que también logra ilusionar a importantes sectores de la población con que sus problemas serán resueltos mediante la implementación de su modelo económico.

9. Según el investigador cubano, Fernando Martínez Heredia, el “esfuerzo principal del capitalismo actual está puesto en la guerra cultural por el dominio de la vida cotidiana , lograr que todos acepten que la única cultura posible en esa vida cotidiana es la del capitalismo”. Debido a eso, mucha gente y, entre ella, muchos sectores de izquierda al actuar tienden a reproducir el modo burgués de ver y organizar el mundo.

10. Esta situación ha permitido un regreso de sectores reaccionarios al gobierno en algunos países importantísimos y decisivos de la región, y existe la amenaza de que la derecha retome el control en otros.

11. Teniendo en cuenta estas consideraciones nos damos cuenta de que no lograremos avanzar en nuestra lucha por la nueva sociedad si no realizamos en nuestras filas una verdadera revolución cultural .

12. Esta no es una idea nueva, Marx ya en 1853 planteaba que se requerían décadas de “guerras civiles y luchas populares” no sólo para cambiar la realidad sino para cambiar a los trabajadores y capacitarlos para “ejercitar el dominio político.” Según el pensador alemán, era necesario que las personas, a través de sus prácticas sociales y de su lucha, fueran saliendo del “estiércol” de la cultura heredada al ir descubriendo, experimentando e incorporando a su forma de vivir nuevos valores: los valores del humanismo, la solidaridad, el r espeto a las diferencias, el combate al machismo y todo tipo de discriminación.

13. Pero no bastan estas prácticas, se requiere ideas nuevas que le salgan al paso a las viejas ideas. Se requiere —como dice Fidel Castro— dar una “batalla de ideas.”   Según Martínez Heredia, necesitamos un pensamiento “fuerte, convincente y atractivo, al mismo tiempo que útil como instrumento movilizador y unificador de lo diverso, y como herramienta eficaz para análisis y políticas acertadas que contribuyan a la actuación y a la formulación de proyectos.”

14. Se requiere —como decíamos— una potente revolución cultural. Ese es el gran desafío que tenemos por delante y, por desgracia, la derecha ha tomado la iniciativa en este terreno.

15. Como dice Aristóbulo Istúriz —alcalde de Caracas antes del triunfo de Hugo Chávez y Vicepresidente Social y Territorial recién nombrado para coordinar el estratégico tema de la participación ciudadana en el momento de escribir este artículo— hay que pasar del “ gobierno para el pueblo al auto gobierno del pueblo, a que el pueblo asuma realmente el poder .

16. Aunque el objetivo estratégico a alcanzar es el autogobierno del pueblo, es decir, que la gente se gobierne a sí misma, que el pueblo asuma el poder, esto no se puede dar de un día para otro; nuestros pueblos no tienen “cultura de participación”, no tienen “experiencia real de gobernarse”, son pueblos acostumbrados “al populismo, al clientelismo, al no razonar políticamente, a pedir cosas”. Este paternalismo de Estado, en lugar de hacer que la gente asuma como una responsabilidad propia la construcción de la nueva sociedad, conduce a transformar a la gente en algo pasivo. Hay que pasar de la cultura del ciudadano/a que mendiga a la cultura del ciudadano/a que conquista, que toma decisiones; que ejecuta y controla; o sea, que autogestiona, que autogobierna.

17. Pero, para lograr este objetivo —como Aristóbulo advierte — es necesario “ gobernar con la gente durante un cierto período de tiempo , para que la gente aprenda a gobernarse a sí misma, es decir, a autogobernarse.”

18. Esta propuesta transformadora ha estado siempre muy vinculada a una ética militante, fundada en la renuncia personal, en la valoración de lo colectivo por sobre los intereses individuales y, por ello, no debe extrañarnos que figuras como José Mujica, ex presidente de Uruguay, una persona sencilla, austera, solidaria, sea hoy día un referente de la juventud latinoamericana y de muchos movimientos sociales de nuevo tipo.

19. Pero reconociendo la necesidad de una transformación cultural de la izquierda, debemos ser realistas y, para lograr avanzar en nuestro proyecto, debemos trabajar a partir de lo heredado buscando modificarlo . No debemos olvidar que dadas las condiciones en que trabajamos nos vemos obligados a emplear a cuadros profesionales y técnicos que no siempre comparten nuestro proyecto. Asimismo, tenemos que apoyarnos en un pueblo cuya cultura política está muy lejos de ser la deseada. También hay que trabajar muchas veces con partidos conformados para luchar en el terreno electoral y plagados de oportunistas que quieren aprovechar su adhesión al partido para conseguir algún cargo o prebenda, donde quien ocupa un cargo público goza de consideraciones especiales y privilegios (altos salarios, dietas especiales, buenos locales, pasajes en avión, etcétera). En ocasiones hay que aceptar, transitoriamente, que altos dirigentes del partido sean, al mismo tiempo, altos dirigentes del Estado, por la escasez de cuadros dirigentes con los que se cuenta, muchas veces explicable por la mala política de promoción de nuevos cuadros con capacidad de liderazgo. A esto hay que agregar el constante peligro de burocratización aún de los cuadros más revolucionarias, pues el aparato de Estado heredado suele triturar a muchos de ellos: estos comienzan a abandonar la lógica revolucionaria y a trabajar con la lógica administrativista, o a corromperse.

20. Pero además estamos hablando de procesos de transición en los que, junto al nuevo sector socialista, cooperativo, guiado por la lógica de la solidaridad, conviven y van a convivir durante un tiempo, sectores privados guiados por la lógica capitalista del máximo beneficio.

21. Esto plantea el problema, muy importante, desde el punto de vista económico, de cómo asegurar que sea el modelo socialista el que dirija el desarrollo del proceso evitando que la lógica capitalista prevalezca y acabe contaminando y desvirtuando los avances sociales. Basta recordar lo sucedido en el Chile de Allende y lo que ahora mismo sucede en Venezuela, para comprender hasta que punto es importante resolver este problema.

22. Pero en este momento no vamos a tratar este tema, lo que nos interesa ahora es destacar que la existencia de esa dualidad de modelos económicos viene a favorecer la posible aparición de practicas corruptas cuando el sector capitalista parece ofrecer vías de enriquecimiento personal a responsables del sector socialista al margen de los principios y la solidaridad.

23. Por otra parte, se puede dar otro tipo de corrupción que es más frecuente en las economías socialistas que en las capitalistas, si las primeras se burocratizan estructurándose de tal forma que los funcionarios y los cuadros intermedios no responden ante la gente sino ante el superior que los designa. Como el futuro político de estos responsables no depende de la gente a la que deben servir, sino de sus superiores, es natural que los funcionarios estén más inclinados a satisfacer las demandas de éstos que a responder a las necesidades y aspiraciones de la gente.

24. Suele ocurrir que deseosos de complacer a sus superiores o de conseguir más estímulos monetarios, falsifican datos o logran los resultados pedidos a costa de la calidad de las obras. Ha sido algo común en los países socialistas la tendencia a inflar los datos sobre la producción. Pero, esto no sólo es negativo desde el punto de vista moral, sino que es muy negativo desde el punto de vista político, porque al falsear los datos se desinforma sobre la situación realmente existente y ello impide que el partido o el gobierno adopten a tiempo las medidas correctoras necesarias.

25. A esto se agrega el que quienes adulan a sus superiores suele ser promovidos a cargos de mayor responsabilidad, mientras que los que critican, adoptando una postura independiente, son marginados a pesar de su competencia.

26. Por otra parte, cómo no se estimula el control popular sobre el comportamiento de los cuadros, el desvío de recursos públicos para objetivos personales pasa a ser algo muy tentador.

27. En estas circunstancias es más fácil entender por qué la izquierda ha caído más de una vez en prácticas corruptas que le restan credibilidad, algo que nunca podemos perder porque tenemos que convencer de nuestras ideas. Hay que recordar que un elemento esencial de la izquierda debe ser la lucha contra la corrupción, en particular dentro de sus propias filas. Nada hay más desmovilizador que la gente llegue a pensar que “todos son iguales y solo buscan la plata”.

28. En otro artículo, hablaremos de otras prácticas que llevan a la gente a un desencanto de la izquierda. Esta vez queremos sugerir algunas medidas para evitar la corrupción.


2. Propuestas para evitar la corrupción 

29. Para analizar el problema de la corrupción debemos partir de la idea de que el poder tiende a corromper . No sólo el poder ejercido por la oposición capitalistas sino también el poder ejercido por las fuerzas de izquierda. Por razones aparentemente muy justificadas (falta de tiempo, dedicación, etcétera) las personas en el poder —aunque sean revolucionarias— tienden a favorecer a los suyos a veces sin gran conciencia de lo que ocurre, tiendan a recibir prebendas, a aceptar altos salarios, etcétera.

30. Creo que la única forma de evitarlo es el control que pueda ejercer un pequeño grupo de personas alrededor de ese funcionario en el poder . Su función sería advertirle acerca de las posibles desviaciones que pudieran producirse en él. Creo que esta debe haber sido una de las razones para que nuestras organizaciones políticas se estructuraran a partir de núcleos o células de base como lo concibió el PT de Brasil en sus inicios, y como lo practicaron las comunidades de base y los partidos comunistas en varios países.

31. El presidente de la República tiene un papel crucial en la campaña contra la corrupción, pero en solitario no puede ganar la batalla. Para hacerlo esta debe ser asumida como una batalla de toda la sociedad .

32. Pero, además de esta medida personal de estar inserto en un grupo que te controle, hay también medidas sociales que pueden ayudar en la lucha contra la corrupción.

1. Información y transparencia

33. Ya hemos dicho que no puede haber una lucha exitosa contra la corrupción si no hay transparencia tanto en las entidades del estado como en las no estatales.

34. En algunos gobiernos como el de Kerala, en India, primer gobierno comunista que trató de construir la nueva sociedad por la vía pacífica, la transparencia fue introducida en la ley. Todos los documentos del plan, incluida la selección de las personas beneficiadas, las cuentas y comprobantes de las obras, etcétera, son considerados documentos públicos a los cuales cualquier ciudadano puede tener acceso.

35. Para ello debe disponerse de libros abiertos de todos los documentos. Y en el lugar donde se hace la obra debería ponerse una gran pizarra o mural visible a todo ciudadano o ciudadana y en el idioma del lugar, donde deben exhibirse todos los datos sobre la obra pública que se está realizando. Estas medidas deben también generalizarse a las empresas del estado. Todo ciudadano/a debe poder informarse de la marcha de estas.

36. Además, los funcionarios al frente de cualquier equipo de trabajo, deberían dar un ejemplo en este terreno como lo hicieron, el presidente boliviano, Evo Morales, y el vice-presidente, Álvaro García Linera, decidieron renunciar voluntariamente al secreto bancario sobre todas sus cuentas financieras desde enero de 2006. 

2. Comités contra la corrupción incorporando a la oposición en los distintos niveles del poder


37. Creemos que es importante imitar al gobierno de izquierda de Kerala creando un Comité Estatal contra la corrupción. Allí se creó un grupo de siete miembros compuesto por: un alto juez de la Corte del, dos jueces de Distrito, dos secretarios del gobierno y dos eminentes personalidades públicas seleccionadas en consulta con los líderes de la oposición .

38. Incorporar el criterio de la oposición en fórmulas de ejecución y control ha sido fundamental para lograr que la gente tenga confianza en los resultados de este y otros comités de control.

39. Se trata de un comité con vastos poderes para chequear las malversaciones en las que pudiesen incurrir los gobiernos locales en el ejercicio de sus funciones.

40. Este comité debería tener poder para ordenar medidas correctivas y castigos si es necesario. Y, además de este comité estatal, a nivel del país, deberían organizarse comités locales con las mismas características.

3. Descentralización democrática


41. Cuando ha habido descentralización democrática, cuando todo lo que se pueda hacer a un nivel más bajo se ejecuta a ese nivel con la participación del pueblo y se ha puesto énfasis en la transparencia a todos los niveles, se han creado condiciones objetivas para reducir la corrupción .

4. Establecimiento de una Auditoría Social sobre las asambleas que conformen el poder popular y las restantes instituciones populares


42. Es imprescindible establecer la realización de auditorías sociales regulares sobre las asambleas municipales y todas las instancias de participación popular y organismos ejecutivos. Esta medida obliga a la transparencia y ayuda mucho a luchar contra la corrupción.

5. Campañas educativas y publicitarias


43. Diseño de campañas educativas en todos los niveles de la enseñanza . Utilizando para ello en forma creativa todos los medios de comunicación disponibles: realizando concursos de ideas, de artes, etcétera, para divulgar el daño que ejerce la corrupción y buscar el apoyo de la población para luchar contra ella, especialmente de la más joven.

44. E internamente, dentro de las empresas del estado, sería muy útil discutir con los trabajadores cómo emplear mejor el presupuesto de esas empresas, realizando lo que podríamos llamar presupuesto participativo en dichas entidades. Algo similar ya se hizo en la Universidad de Rosario, Argentina donde se aplicó con éxito este proceso participativo.

6. Supresión de todo tipo de privilegios en los cargos públicos


45. Hay que eliminar todo tipo de privilegios otorgados a quienes se desempeñan como funcionarios públicos o responsables políticos reduciendo salarios preferenciales, bonos, viáticos,  privilegios en relación con la asistencia médica u hospitalaria, residencias vacacionales, pago de un número mayor de asesores de lo debido, y otras prebendas.

46. enriquecimiento personal durante su mandato. Una declaración jurada de su patrimonio y el de sus familiares directos, antes de ejercer un cargo público es fundamentalrra.

7. Sancionar drásticamente a los funcionarios que han caído en corrupción


47. Es necesario establecer un régimen jurídico que, con las debidas garantías, sancione drásticamente a los funcionarios y responsables políticos que han caído en acciones de corrupción debidamente comprobadas inhabilitándolos de por vida para ocupar cargos políticos-administrativos.

48. Este régimen debe facilitar la denuncia de prácticas corruptas y garantizar la protección de los denunciantes y testigos de esas practicas, protegiéndoles de represalias o practicas intimidatorias. Pero también se deben sancionar rigurosamente las denuncias falsas.

49. Se debe evitar caer en una práctica bastante generalizada de trasladarlos a otros cargos. En caso de que la acusación demuestre ser injusta debe realizarse con igual énfasis una gran publicidad de esos resultados.

8. Establecer tribunales locales de apelación


50. Otra institución que es útil establecer es un Tribunal de Apelaciones que debe constituirse a nivel local para recoger los reclamos si esta considera que se ha absuelto a alguien en forma injustificada o si se ha juzgado injustamente a una determinada persona.

9. Licitación pública de todas las obras que el Estado emprenda


51. Para evitar el otorgamiento de proyectos a los amigos o a personas que ofrecen una recompensa por el otorgamiento de una obra, es fundamental realizar una licitación de todas las obras que el Estado emprenda a sus distintos niveles, con todas las garantías necesarias para asegurar su transparencia.

13.9.18

Asamblea del pueblo zoque contra el extractivismo

Xicoténcatl

Sin altar maya porque estamos en territorio zoque, noroeste de Chiapas; uno de los centros de difusión cultural de MesoAmérica (elaboración del calendario, origen de la escritura, juego de pelota, culto al jaguar y primeros sacrificios humanos), claro que para las modernas mentes ultra capitalistas del beneficio económico a ultranza, nos encontramos sobre una balsa de aceite y gas natural en la pequeña comunidad de Linda Vista (300 habitantes), municipio de Ixtacomitán, Chiapas. Aquí se juntaron el pasado 8 de septiembre alrededor de 400 personas provenientes de 22 comunidades. Los sacerdotes de Amatan, Simojovel, Rayón, Tapilula y Sta. Catarina (Solosuchiapa) invitados por el Movimiento del Pueblo Creyente Zoque en Defensa de la Vida y el Territorio, ZODEVITE. Estamos en la montaña después de ascender los 8 kilómetros de terracería, mayormente piedra suelta, en ascensos donde algunos carros quedaron a la orilla del camino.

La conquista española desplazó a los zoques de sus mejores tierras en las llanuras de Pichucalco. Hambrunas y desplazamientos forzados redujeron la población que buscó refugio y alternativas en la montaña. En 1960 la construcción de tres presas hidroeléctricas desplazan a cuatro mil familias de Ostuacán, Tecpatán y Chicoasén. En 1982 hace erupción el volcán Chichonal. Sin carreteras ni planes de evacuación por parte del gobierno, más de dos mil personas murieron atrapadas por el fuego y la lava ardiente, en medio del silencio y la indiferencia estatal y nacional. La intervención caótica de los diferentes órganos de gobierno y las acciones improvisadas como el centro de acogida en la ciudad capital de Tuxtla, costaron la vida de varios cientos de niños fallecidos por diarreas y desatención generalizada. Los que se salvaron iniciaron una diáspora que los recibió en Tabasco, Veracruz, Oaxaca, Jalisco y hasta los Estados Unidos.

El 30 de octubre del 2007 se produjo en Chiapas un sismo de magnitud 7.1 que originó después hundimientos, derrumbes y deslizamientos en un radio de 50 kilómetros; calificado por algunos geólogos como el evento geológico más importante de Norteamérica en los últimos 60 años El desgajo aterrador del cerro, entre estertores, vibraciones, golpes y sacudidas, resquebrajamientos y retumbos de rocas cuesta abajo, que, de golpe, en la obscuridad de la madrugada, se sumergen violentamente en el cauce del Río Grijalva, próximo a la cola de la Presa Peñitas.

Si los gritos de terror se asfixiaron por el poderoso derrumbe, que sepultara cuantas almas encontró a su paso, desapareciendo y borrando para siempre cuanto rastro de vida se cruzó, sólo fue cuestión de segundos, ya que un segundo monstruo apareció y que con la misma violencia del primero a muchos otros ahogó. La pequeña comunidad zoque San Juan Grijalva había desaparecido.

Sí, las inmensas olas de un Tsunami de aproximadamente 50 metros de altura, invadieron, golpearon y rompieron las casas del caserío disperso, igualmente matando instantáneamente cuanto poblador alcanzo, mientras que algunos otros menos afortunados ahogó. Dispersando los cuerpos de gente y de animales que igualmente fallecieron. De nada sirvieron los auxilios que muchas horas después llegaron, ya muchas vidas habían finalizado y otras tantas se perdieron, pues nunca jamás las buscaron.

La Armada del Ejército, de la Naval, de la Cruz Roja y los Bomberos rescataron a pobladores lastimados, asustados y separados de sus familiares, de sus hijos y de sus padres, que nunca más regresaron.

Las brigadas de socorristas sólo encontraron 25 cuerpos sin vida, todos ellos fallecidos de ahogamiento, pero los demás nunca supieron por dónde comenzar a excavar para rescatar, tal vez muchos el río se los llevó, tal vez muchos aún sigan allí bajo todos esos escombros, bajo el río, o bajo las rocas que se apilaron en el cauce, que represaron el río violentamente, bajo el portentoso volumen de roca y suelo que taponearon el mismo. Un genocidio silenciado. http://ultimatumchiapas.com/10-anos-del-deslizamiento-juan-del-grijalva-ostuacan/

La reforma energética impulsada por el PRI en el sexenio de Enrique Peña Nieto (2012-2018) ha cuadriculado el territorio zoque para ofrecer a las empresas petroleras 84,500 hectáreas; 70,000 hectáreas para 11 concesiones mineras; una ampliación de la presa Chicoasén, un proyecto geotérmico sobre 15,000 hectáreas (Francisco León, Chapultenango y Ostuacán) y una represa en San Antonio Poyanó, Ocotepec.

El ZODEVITE como movimiento organizado apenas inició su camino en mayo del 2017. Tras la demostración de respaldo popular con la marcha realizada en Tuxtla, capital del estado de Chiapas, el 22 de junio de 2017 lograron la suspensión (aunque no la cancelación) de lasa concesiones petroleras que ya se habían otorgado a diferentes empresas en la licitación conocida como Ronda 2.2.

En su corta trayectoria ya empiezan a conectarse y coordinarse con las diferentes resistencias a nivel nacional. La primera información que fluye hacia la asamblea concentrada en la cancha de basket de Linda Vista, es la visita que los días 1 y 2 de agosto realizó una comisión del ZODEVITE a Piedras Negras, estado de Coahuila, donde la gente le dio entrada a una empresa para explotación carbonífera que realizó la empresa Mínera Carbonífera Río Escondido, del Grupo Acerero del Norte. Son los mismos dueños de Altos Hornos de México, AHMSA. La empresa prometió la construcción de un parque ecoturístico, campos de fútbol y de golf (Piedras Negras está cerca de la frontera estadounidense, así es que el éxito estaba asegurado con la visita de millonarios gringos que llegarían a practicar el esforzado deporte); las promesas incluían la reforestación de 917 hectáreas. Tres años de explotación a cielo abierto dejaron un gigantesco hoyo y una espesa contaminación. No hubo reforestación ni nadie cruzó la frontera para “golfear”. Los miembros del ZODEVITE transmitieron en Piedras Negras su experiencia organizativa.

Las mujeres en la organización.- Una representante de la Escuela de Formación Mesoamericana de las mujeres, visitó Vallecito, en Honduras, una comunidad garífona en resistencia contra la imposición en sus territorios de la palma africana. La Escuela capacita a mujeres como defensoras de derechos humanos y en el manejo de medios audiovisuales para la difusión de sus actividades y el testimonio de las agresiones contra los pueblos. La compañera informa que la Escuela será itinerante.

Visita al estado de México. Aquí la privatización del agua fue el tema central en el Taller de Aguas Nacionales. Asistieron organizaciones de Baja California, Sonora, Tamaulipas, Coahuila, Zacatecas, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Veracruz y Oaxaca. La demanda al final de las mjesas de trabajo es que se elabore una nueva ley de Aguas Nacionales. En la actual, elaborada por la Comisión Nacional del Agua, CONAGUA, la gestión del agua en México se concesiona a la empresa israelí MEKOROT.

Existe la propuesta de una Iniciativa Ciudadana de Ley de Aguas Nacionales, pero los miembros del ZODEVITE cuestionaron que esta Iniciativa no contempla la gestión y control del agua por parte de los pueblos. El 16 y 17 de septiembre, el ZODEVITE está invitado para realizar una revisión a la Iniciativa Ciudadana y realizar a sí los cambios y añadidos pertinentes, para poder entregar el texto al Congreso federal a más tardar en enero del 2019.


ZODEVITE en la Huasteca potosina. El campo petrolero “Ébano” fue el primer pozo explotado con éxito allá por 1904. El propietario de la Hacienda “del Tulillo” se la vendió a un estadounidense que fundó la Huasteca Petroleum Company con una producción inicial de 1,500 barriles al día. En la actualidad se pretende iniciar la exploración petrolera vía fractura hidráulica así como la explotación de minerales en la región. En la mañana del 24 de julio, habitantes del poblado San Pedro, tomaron fotos y videos del personal de Petróleos Mexicanos, PEMEX, que iban custodiados por militares y policía estatal y municipal debido a que trasladaban explosivos para iniciar las labores de fractura hidráulica en aquella zona de la Huasteca. La información se divulgó por las redes sociales y el 25 de agosto más de 40 comunidades se organizaron y marcharon contra los proyectos extractivistas. La protesta popular obligó al gobernador de San Luis Potosí a declarar el territorio de la Huasteca libre de explotación petrolera. 

De los cambios políticos…

Promesas para Chiapas. Avanzaba la asamblea informativa en la montaña con cielo nublado y vuelo de águilas cuando se le cedió el micrófono a un regidor electo (MORENA) del municipio al que pertenece Linda Vista (Ixtacomitán). El representante municipal de la próxima administración habló de hacer equipo con el pueblo para oponerse a la fractura hidráulica en la zona. Aquí hay que otorgar un voto de confianza ya que al contrario del nivel estatal y nacional, en el nivel municipal se observan deseos y formas democráticas para una gestión diferente, (es también el caso de San Cristóbal de las Casas).

Una compañera comparte una información para que la asamblea la valore: El “nuevo” organismo creado a propuesta de López Obrador, el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, abre sus puertas para que dos representantes zoques puedan participar activamente en el INPI. Se inicia la discusión, propuestas contrapuestas… a favor porque es bueno tener la información que nuestros delegados en esa instancia de gobierno puedan traernos. No queremos nada con el gobierno, nuestra convicción es luchar. Vamos a envíar dos delegados pero hay que ponerles candados para que no se corrompan y se vuelvan funcionarios de gobierno. ¿Enviamos dos representantes? Revuelo en la asamblea y la montaña escucha un clamoroso ¡¡Nooo!! Compañeros, tenemos que valorar y estudiar la propuesta con calma. Que levanten la mano los que estén en contra de la propuesta (mayoría, murmullos…) Así queda la decisión popular.

Se acordó redactar un documento de protesta contra la toma de posesión del diputado Humberto Pedrero. En ese documento se le desconocerá porque no representa al pueblo zoque (es uno de los cinco que falsificó documentos afirmando que pertenecía a algún pueblo indígena).

En marcha contra el extractivismo: 16 de septiembre marcha en contra de los hidrocarburos en Guayabal. 22 de septiembre en Rayón. Concentración masiva y marcha.

En una canasta quedan hartos tamales todavía; en una olla queda pozol… la gente inicia el regreso a sus lugares de origen, pero la montaña invita a disfrutar porque no llovió y porque ya hace hambre…