19.7.15

Tres tratados "secretos" de EU: TPP vs. China, TTIP vs. Rusia y TISA vs. el mundo

Alfredo Jalife-Rahme

El ominoso denominador común de los ominosos tres tratados mercantilistas/financieristas de Estados Unidos –Asociación Transpacífica (TPP, por sus siglas en inglés); Asociación Trasatlántica de Comercio e Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés), y Tratado de Comercio de los Servicios (TISA, por sus siglas en inglés)– es su patente opacidad democrática y la sumisión de países vasallos a la banca israelí-anglosajona de Wall Street/la City (Londres).

Como externó sicalípticamente Barack Obama en la fase de su persuasión publicitaria, no existe necesidad de ahondar sobre la hostilidad a China (http://goo.gl/bbBKbT) por el TPP, que finalmente pasó la aprobación del Congreso al precio de 200 millones de dólares en vergonzosos sobornos a los legisladores (http://goo.gl/Zgv3zL).

Un capítulo publicado por la revista Político sobre el opaco TPP exhuma la protección a las ganancias del Big Pharma (trasnacionales farmacéuticas) a expensas de los medicamentos genéricos más baratos en los 12 países afectados (http://goo.gl/3rsp7k).

¿Estarán enterados los sumisos secretarios de Hacienda y Economía del México neoliberal itamita del daño del TPP a más de 80 millones de inmersos en pobreza?

El TPP, con 40 por ciento del PIB global, significará un mayor costo a la salud de sus 800 millones de habitantes, lo cual beneficiará las ganancias del Big Pharma, que obtendrán los colosales 1.5 billones de dólares (trillones en anglosajón) que hoy ahorran los medicamentos genéricos.

El TPP pretende aislar en forma absurda del océano Pacífico a tres potencias nucleares: China, Rusia e India. ¿Podrá?

Ya en 2006 el periodista británico Jacky Law arremetía en su libro contra el Big Pharma de cómo controlan la enfermedad (https://goo.gl/TfjDkL), y en 2012 un médico y académico británico, Ben Goldacre, fustigó la forma en que las trasnacionales farmacéuticas anglosajonas engañan a los médicos y dañan a los pacientes (http://goo.gl/RfN7zy).

El grave problema radica en la financiarización de la medicina sometida a los dictados de la banca y sus seguros.

Según el relevante portal ruso Sputnik, el opaco TTIP forma parte de un gran plan de Estados Unidos para aislar a Rusia de Europa (http://goo.gl/CkxjHF). En China también perciben la flagrante hostilidad del TTIP (http://goo.gl/h9mmnh).

El contralmirante francés François Jourdier dice que el TTIP está diseñado para que Europa se convierta en un satélite de Estados Unidos.

Por lo pronto, el opaco TTIP ha sido congelado en el Parlamento Europeo debido a la profunda oposición de los ciudadanos europeos (http://goo.gl/ZsbPAb).

El TTIP comporta más rasgos destructivos que constructivos ya que su objetivo primordial se centra en impedir una alianza entre Alemania y Rusia: axioma nihilista anglosajón que sigue vigente desde inicios del siglo XX y que postuló el geopolitólogo británico Halford Mackinder, lo cual conllevó a la creación de la OTAN.

De los tres planes mercantilistas financieristas que tienen como objetivo la supremacía global de las trasnacionales de Wall Street/la City, el más pernicioso es el menos conocido: TISA (http://goo.gl/IAfAzH), que pretende controlar de manera supranacional los servicios de salud, agua (la ley Korenfeld a escala global), finanzas, telecomunicaciones y transporte: ¡68 por ciento del comercio mundial!

Los tres esquemas van en última instancia contra el BRICS en dos océanos (Pacífico/Atlántico) y en todo el globo (http://goo.gl/ylifI3).

Desde septiembre de 2014, el escritor francés de origen belga Raoul Marc Jennar –autor del libro El gran mercado trasatlántico: la amenaza sobre los pueblos de Europa (http://goo.gl/yNGcpp)”–expuso, antes de las perturbadoras filtraciones de Wikileaks, la alta letalidad del TISA (http://goo.gl/Mk7EkX).

En su libro, Jennar devela una frase indeleble del megabanquero David Rockefeller, mandamás del entonces Chase Manhattan, que se fusionó luego con JP Morgan-Chase, hoy el mayor banco de Estados Unidos y el máximo operador global de los especulativos derivados financieristas: alguna cosa debe sustituir a los gobiernos, y el poder (¡supersic!) privado me parece la entidad adecuada.

Ben Beachy, del Observatorio de Comercio Global de los Ciudadanos Públicos, con sede en Washington, condensó las revelaciones de Wikileaks sobre el opaco TISA y sus 10 amenazas en 50 países (http://goo.gl/mVgAea).

Toda la anglosfera (con su omnipotente banca israelí-anglosajona) se encuentra cupularmente entre los 50 (¡supersic!) países que negocian en secreto en Ginebra los alcances del TISA, a espaldas de sus congresos y ciudadanos –donde incrustaron a México– y que abole la soberanía de quienes se convierten en instrumentos de la banca israelí-anglosajona de Wall Street/la City.

Van las 10 amenazas:

1. Restringir las medidas equitativas para minimizar riesgos financieros: deja vulnerables a los gobiernos ante demandas de las trasnacionales en los tribunales de arbitraje extrajudiciales”.

2. Permitir el tráfico de datos sensibles de los consumidores: permitirá a las “trasnacionales financieras exportar todos los datos personales de los consumidores (…) dándoles la opción de almacenarlos en paraísos fiscales para evadir las inspecciones tributarias”.

3. Forzar a los gobiernos a anticipar todas sus futuras regulaciones.

4. Prohibir indefinidamente cualquier nueva regulación financiera.

5. Prohibir los controles de capital dirigidos a paliar las crisis.

6. Exigir la implementación de productos financieros aún no existentes: los países sólo podrán limitar la creación de nuevos y complejos productos financieros (nota: los que ocasionaron la grave crisis financiera del 2008) si demuestran previamente (¡súpersic!) su peligrosidad (sic), algo prácticamente imposible;

7. Aceptar las reglas financieras vigentes en otros países: las trasnacionales financieras quedan exentas de cumplir las normativas de un país en el que entren a operar si sus actividades están permitidas en su país de origen.

8. Permitir a las trasnacionales el bloqueo de nuevas regulaciones.

9. Prohibir las preferencias bancarias nacionales para los contribuyentes: los firmantes no podrán establecer preferencias para instituciones bancarias o compañías de sus propios países, ni siquiera con la intención de garantizar los fondos de pensiones (¡supersic!). Nota: México no tendrá ese problema, ya que prácticamente se quedó sin banca nacional (http://goo.gl/7scD0V).

Y 10. Dejar a los gobiernos sin defensa legal para sus regulaciones: quedan las administraciones públicas sin herramientas legales para defender sus reglamentaciones.

Lo que no controla Estados Unidos con sus dos tratados ominosos (TPP y TTIP) lo pretende conseguir mediante el financierismo global de su bancocracia con el TISA, que esclaviza de facto a los ciudadanos de 50 países cuyos mandatarios muchas veces son obligados a firmar tratados suicidas sin conocer su contenido ni sus alcances. Como México, que los ha firmado TODOS sin la menor prudencia.

16.7.15

El túnel

José Gil Olmos
MÉXICO, D.F. (apro).- Por un túnel de un kilómetro y medio se escapó por segunda vez Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, y por ese mismo túnel literalmente se fue lo que quedaba de credibilidad al gobierno de Enrique Peña Nieto, quien a la mitad del camino se encuentra empantanado en la corrupción, desfondado en su proyecto reformador y sumido en la más honda crisis que ha tenido un Presidente en las últimas décadas.

Lo peor que podría ocurrirle a Peña Nieto ya se le presentó: caer en el ridículo y en la burla popular. A través de chistes, bromas, memes y ocurrencias, la gente lo expone como un político no sólo incapaz e ineficaz, sino tonto y mentiroso…. Y eso para un gobernante es lo peor.

Cada vez que la Procuraduría General de la República (PGR) o el titular de la Secretaría de Gobernación exponen o explican la manera en que escapó ‘El Chapo’ Guzmán, muestran una torpeza que cae en lo ridículo. Nadie les cree que no se dieran cuenta de la construcción de un túnel de mil 500 metros que llegaba precisamente a la regadera de la celda del narcotraficante más buscado en el mundo, en ese espacio exacto llamado “punto ciego”, en el que la cámara de vigilancia no podía verlo.

Frente a ese vacío de confianza, crecen las versiones de que en realidad ‘El Chapo’ salió por la puerta principal de la cárcel de máxima seguridad del Altiplano, ayudado por las misas autoridades federales, a las que ha corrompido o amenazado con información privilegiada de sus lazos con el crimen organizado.

Antes de la fuga de Joaquín Guzmán Loera, la credibilidad de Peña Nieto ya estaba muy por debajo de la media nacional, de hecho pocos seguían creyendo en su proyecto reformador como la vía para mejorar el nivel de vida del país y resolver el problema de la inseguridad y la violencia, que cada día cobra nuevas víctimas.

El fusilamiento de al menos 12 personas en Tlatlaya, Estado de México, por parte del Ejército mexicano, y la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, profundizaron la crisis de credibilidad que ya venía arrastrando el mexiquense.

Después de esos dos sucesos que dieron la vuelta al mundo en los noticieros más importantes, algunos en el gobierno pensaban que ya se había tocado fondo, hasta que ocurrió la increíble fuga del líder del cártel de Sinaloa.

El túnel por el que escapó ‘El Chapo’ representa muchas cosas para el gobierno peñista: además de ser objeto de burla por parte del crimen organizado, y en especial del capo, pone al descubierto la incompetencia de quienes integran las áreas de gobernabilidad y seguridad nacional.

De igual manera, expone la porosidad por la que se filtran los grupos de la delincuencia organizada en las esferas más altas del poder político, y la fragilidad de la estructura penitenciaria.

Para la sociedad representa una ofensa por la reacción patética del presidente Peña; del titular de la Secretaría de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; de la procuradora general de la República, Arely Gómez, y del responsable de la Comisión Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, quienes no supieron explicar su ineptitud e incapacidad y ofrecieron justificaciones sibilinas y argumentos inverosímiles para describir la fuga del sinaloense.

El túnel de ‘El Chapo’ quedará en la historia como el registro más claro de la torpeza de Peña y su equipo, que llegaron a la Presidencia de México con una arrogancia mayúscula tras los yerros del panista Felipe Calderón.

Quedará como el monumento a la corrupción que es capaz de aceitar la maquinaria institucional y operarla a su antojo para burlar el supuesto penal de máxima seguridad del Altiplano.

Será la muestra más clara de cómo ‘El Chapo’ Guzmán, un campesino casi analfabeta de la sierra de Sinaloa, quien de niño se dedicaba a cultivar amapola, puso de cabeza a todo el aparato de gobierno, sumiéndolo en el fondo de un túnel y una de sus peores crisis.

14.7.15

El escape de “El Chapo”, reflejo de la crisis de liderazgo de EPN: Carrillo Olea


MÉXICO, D.F., (proceso.com.mx).- La segunda fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán es consecuencia de tres crisis concatenadas: “la crisis de liderazgo personal de Enrique Peña Nieto; la crisis del aparato de gobierno que él destruyó por su autoritarismo; y la crisis del sistema de justicia y de seguridad, incluyendo al aparato de inteligencia”.

Así lo afirmó Jorge Carrillo Olea, general y creador del Centro de Investigaciones de Seguridad Nacional (CISEN), y la primera autoridad mexicana que atrapó al “Chapo” Guzmán, hace más de 20 años, cuando le fue entregado en la frontera entre Guatemala y México, en el Puente Internacional Talismán.

Retirado de toda actividad política, el también exgobernador de Morelos es contundente al ser consultado por Proceso: “todo esto es el reflejo de una crisis de liderazgo personal de Peña Nieto, montado sobre un exceso de autoritarismo y de una enorme cantidad de desplantes”.

Uno de esos desplantes, advirtió Carrillo Olea, es el hecho de viajar a Francia junto con el secretario de Gobernación, al igual que los titulares de Defensa Nacional y de Marina.

-¿Es correcto que un presidente de la República viaje al extranjero, junto con su secretario de Gobernación? –se le preguntó.

-Claro que no. Esto es otra expresión de su autoritarismo. ¿Cómo se lleva al mismo tiempo al secretario de Gobernación y al de Defensa. Es un viaje que tiene la implicación de una especie de “reyecito”.

-Usted viajó junto con el ex presidente Luis Echeverría por casi todo el mundo, como jefe de sección segunda del Estado Mayor Presidencial. ¿Alguna vez viajaron juntos el presidente de la República y el Secretario de Gobernación?

-Jamás. Con Echeverría y con Miguel de la Madrid siempre se quedaban los secretarios de Gobernación. La obsesión de Echeverría era estar al pendiente del teléfono todo el tiempo. Eran largas conferencias con su secretario de Gobernación. Era una obsesión positiva por ejercer el mando. Obsesión positiva que no existe ahora.

La crisis del liderazgo personal de Peña Nieto afecta a otros dos niveles, afirmó Carrillo Olea: “la evidencia de un gobierno absolutamente ineficiente porque la forma de ejercer tan verticalmente el poder ha destruido el aparato”.

La otra crisis es la del “aparato de justicia y de seguridad”. En el caso de El Chapo existió la orden de un juez que “el gobierno ha sido incapaz de cumplir”.

-¿También hay una crisis de los servicios de inteligencia?

-Por supuesto. La justicia implica siempre inteligencia. Es imposible que no haya habido un mínimo de servicios de inteligencia que anticiparan la construcción de un túnel de este tipo.

Carrillo Olea se declara consternado por la versión oficial que le atribuye a “El Chapo” la construcción de un túnel de 1 kilómetro y medio en un penal de alta seguridad como el de Almoloya.

“Para construir un sistema de este tipo necesitas de un sistema de ingeniería de primer nivel. Es absolutamente increíble. Es de Alicia en el País de las Maravillas”, advirtió.

-¿Son creíbles las versiones sobre la celda y el área de regaderas de El Chapo?

-Es claro que hay una falacia en torno a la celda. Es evidente que la administración del penal le dio la concesión al “Chapo” para un sitio especial. La cárcel, como cárcel, es inviolable. Pero resulta que “El Chapo” es capaz de abrir un túnel hasta en La Bastilla.

7.7.15

De la neoliberalización a la guerra contra el narcotráfico

Arsinoé Orihuela

Con frecuencia los analistas omiten la conexión entre las transformaciones del Estado y el escenario de guerra en México. Un hecho es insoslayable: la guerra y la militarización de la vida pública avanzan a la par de otro proceso no menos sustantivo: a saber, el ciclo de reformas neoliberales que arranca en la década de los 80’s, y que sigue su curso en el presente. La globalización, que no es otra cosa que la sombra obscena de la neoliberalización, coincidentemente está atravesada por dos fenómenos particularmente notorios: la desnacionalización de la economía y la militarización de los Estados.  La politóloga Pilar Calveiro especula acerca de esta correlación: “El poder militar ‘abre’ las condiciones para una nueva hegemonía; por eso guerra y globalización han sido, hasta el presente, procesos inseparables”.

Bien podría argüirse, basándonos en firmes asideros empíricos, que la guerra contra el narcotráfico es un anexo del proceso de neoliberalización. Si se admite la tesis de Calveiro, la guerra respondería a la necesidad de un recurso contra la cerrazón de ciertas áreas económicas estratégicas, especialmente en países cuyas políticas restringen el usufructo privado, principalmente foráneo. El régimen posrevolucionario en México se caracterizó por altos contenidos nacionales-estatistas, claramente adversos para las inversiones extranjeras.

También cercana a esta lectura, la periodista Dawn Paley observa que la guerra contra las drogas es una tecnología del poder para abrir “grietas en realidades y territorios sociales alguna vez inaccesibles para el capitalismo global”. En “La doctrina del shock”, Naomi Klein defiende una idea sugerentemente similar acerca de las guerras y otros conflictos en el siglo XX:

“Algunas de las violaciones a los derechos humanos más despreciables de este siglo, que hasta ahora se consideraban actos de sadismo fruto de regímenes antidemocráticos, fueron de hecho un intento deliberado de aterrorizar al pueblo, y se articularon activamente para preparar el terreno e introducir las ‘reformas’ radicales (neoliberales) que habrían de traer ese ansiado libre mercado”.

De hecho la guerra contra el narcotráfico contribuye a alimentar el predominio de una clase: la alta finanza –clase dominante e impulsora entusiasta de la neoliberalización–, a través del lavado de caudales dinerarios provenientes de los circuitos ilícitos de la economía:

“En esta guerra [contra el narcotráfico], lo que no se quiere ver y tampoco se investiga es la ruta del dinero sucio… Las utilidades de los cárteles mexicanos oscilan entre 18 mil millones y 39 mil millones de dólares al año sólo por ventas de narcóticos ilegales en Estados Unidos… La primera cifra implicaría el blanqueo de 81 mil millones de dólares durante cuatro años y seis meses de esta ‘guerra’. En el segundo caso, el dinero lavado ascendería a 175 500 millones de dólares” (Nancy Flores 2012)

Una característica del período neoliberal es el encumbramiento de un poder anónimo sin freno e incontestado; eso que Calveiro define como un “dispositivo económico-financiero que ninguna instancia internacional está en posición de regular”. Es precisamente esa desregulación o incapacidad de regulación lo que permite que los grandes beneficiarios de los circuitos de “dinero sucio” conserven un relativo anonimato y una impunidad a prueba de “fuego”.

Algunos bancos como Wachovia, Bank of America, JP Morgan Chase, HSBC, Citigroup, entre otros, han sido señalados por lavar miles de millones de dólares de los cárteles de la droga, principalmente mexicanos. Pero ningún banquero o ejecutivo bancario enfrentó nunca un proceso penal. El Estado no tiene el poder ni la voluntad política para frenar esos dineros ilícitos. En dos de los casos más controvertidos mediáticamente, en los que están envueltos el Banco Wachovia y HSBC, la acción sancionadora del gobierno estadounidense se redujo a multas por concepto de 160 millones y 1.9 mil millones de dólares, respectivamente, que no es más que una ínfima fracción de los ingresos totales de esas casas bancarias. Este es sólo un ejemplo del alcance de ese dispositivo financiero “que ninguna instancia internacional está en posición de regular”. Para esa actividad onerosa y criminal la guerra contra el narcotráfico no tiene estrategia.

Neoliberalización es financiarización de la economía, que consiste básicamente en la desregulación ex profeso de las transacciones dinerarias. En este sentido, la neoliberalización de los Estados implica la omisión concertada de las operaciones que involucran recursos de procedencia ilícita. La guerra contra el narcotráfico no puede atacar esos negocios extralegales o criminales sin atacar la totalidad de esa economía a la que debe su existencia: la extractiva neoliberal.