27.11.16

Presidencia sitiada de Trump: ambiente de guerra civil

Alfredo Jalife-Rahme

El choque tectónico del triunfo de Trump ha sacudido las entrañas del epicentro de EU y provocado reverberaciones telúricas a sus dos fronteras, México y Canadá, y a los cuatro rincones del planeta donde, en medio del caos doméstico/global que lega la sectaria presidencia de Obama, permanecen como fractales dos superpotencias, Rusia (a escala geoestratégico nuclear) y China (a escala geoeconómica); mientras, en Medio Oriente se consolida como el gran vencedor Israel, en la etapa de Estado Apartheid/racista/paria del primer Netanyahu y, en cierta medida, con las victorias relativas de Turquía y Egipto, que gozan de óptimas relaciones con Trump.

Ya había advertido los prolegómenos de “guerra civil larvada (https://goo.gl/2JHxaK)” y el “fracking doméstico” de la revuelta del trumpismo, con o sin Trump: supremacismo/populismo/nacionalismo blanco (https://goo.gl/i86rDg).

Los multimedia rusos culpan a George Soros de organizar una guerra civil: una revolución de color púrpura para el cambio de régimen en EU.

Dos manifestaciones multitudinarias anti Trump de los grupos que maneja Soros serán celebradas, una el 20 de enero, día de la toma de posesión, y otra el 21 con la marcha del millón de mujeres pro Hillary, las cuales en forma ominosa colisionarán con la avalancha de 2 millones de supremacistas/populistas/nacionalistas WASP que viven fervientemente, a mi juicio, el cuarto despertar de los fundadores nativistas/puritanos de EU (https://goo.gl/RMSQvT).

Pese a que dejen mucho que desear (https://goo.gl/y687jO), una reciente encuesta Gallup expone que 77 por ciento de los estadunidenses perciben a su país muy dividido en los valores más importantes.

Siguen las manifestaciones en las universidades, calles y en varias ciudades, a favor y en contra de Trump.

A mi juicio, similares manifestaciones multitudinarias de los WASP hubieran sucedido en caso del triunfo de Hillary, quien también hubiera tenido su presidencia sitiada.

Soros, supremo perdedor que financió a Hillary con Goldman Sachs y los Rothschild, versó ahora 10 millones de dólares para combatir las fuerzas oscuras de Trump (https://goo.gl/eNaJ4Z).

El grupo global de Soros maneja en forma incontinente el término odio, de acuerdo con la técnica Hasbara, que significa odio ajeno cuando no provenga de Israel.

Es irónico que Soros, desde su malignidad, que encubre de filantropía, evoque una inmanente y demente superioridad moral de la que carece cuando ha sembrado el caos por doquier, con el fin de obtener exorbitantes ganancias bursátiles (https://goo.gl/8M7b0s).

Entre los escollos centrífugas que enfrenta Trump, antes de su toma de posesión, que desestabilizarán aún más a EU, se encuentra la súbita cuan extraña resurrección de Jill Stein, del Partido Verde, con uno por ciento del voto popular (https://goo.gl/KwpStz), que pagó 5 millones de dólares por un recuento de votos en Wisconsin (10 votos electorales; diferencial de 27 mil 257 sufragios entre Trump y Hillary), dejando bajo la espada de Damocles a Michigan (16 votos electorales; diferencial de 11 mil 612 votos) y Pensilvania (20 sufragios electorales; diferencial de 68 mil 236 votos) que en teoría podrían revertir el resultado y poner en tela de juicio la legitimidad del Colegio Electoral que emitirá su sufragio el 19 de diciembre (https://goo.gl/FQHBkT).

Detrás del insólito recuento desestabilizador en Wisconsin se encuentra Soros (https://goo.gl/jXRvTG).

En plena transición suena inverosímil que Obama coadyuve una permuta presidencial.

Lawrence Lessig, jurista de Harvard (pro Hillary), incita al Colegio Electoral a pronunciarse por Clinton, mientras no faltan quienes alegan que existió ciberfraude (https://goo.gl/g7XP6s). ¿Un INE mexicano en EU?

California busca(ba) su secesión antes de Trump –Calexit: plebiscito para su independencia en 2019–, y hoy menos que nunca querrá ser gobernada por un presidente que abomina.

Muchos estados de la Unión buscan la secesión: desde Oregon hasta Texas.

Los alcaldes demócratas de Chicago, el israelí-estadunidense Rahm Emanuel (ex jefe de gabinete de Obama), y de Nueva York, Bill de Blasio, han declarado a ambas ciudades santuarios ante la inminente deportación masiva de 3 millones de ilegales.

No es para menos la sicosis colectiva que ha provocado el choque tectónico de Trump: desde México –donde un accionista de Televisa exigió en forma sicótica el magnicidio de Trump en un twitt que luego borró (https://goo.gl/BBwhKP)– hasta Fred Hiatt, editor del Washington Post, rotativo del establishment , quien aboga la lucha para defender la democracia, como si, guste o disguste, los 306 votos electorales de Trump –36 más del mínimo de 270 y 74 más que Hillary– fueran anti-democráticos (https://goo.gl/sFTKST). ¡No, bueno!

El grave problema, aún para mentes brillantes, en esta fase de descomposición de EU –y quizá de su balcanización– es que sucumben a sus soliloquios onanistas que niegan la nueva realidad nacionalista/populista que no asimilan en su gueto mental.

El incendiario Pat Buchanan, ultraconservador católico y ex jefe de prensa de Nixon/Ford/Reagan, marginado por los multimedia controlados por Wall Street, diagnostica que EU se encuentra dividido sin esperanza (sic) en temas culturales, morales y políticos, y cada vez más en los ámbitos raciales y étnicos, por lo que la presidencia de Trump “estará sitiada (https://goo.gl/iluT41)”.

A mí nunca me preocupó tanto Trump como el trumpismo per se, cuyas tendencias detecté con bastante antelación e, incluso, 12 horas antes de la elección, como consta en mi ponencia auspiciada por Casa Lamm/ La Jornada (https://goo.gl/9ZlC9h).

EU sufre poderosas fuerzas centrífugas que carcomen su Unión, en sincronía de fuerzas centrípetas nacionalistas anti EU en el mundo, mientras que, en forma paradójica como reflejo del caos global, el dólar escala los niveles más altos de los pasados 13 años y sus bolsas superan récords históricos.

Hace ocho años señalé que el decano diplomático ruso y especialista en ciberguerras, Igor Panarin (IP), había vaticinado 10 años atrás, la protobalcanización de EU en seis pedazos y su debacle económica (https://goo.gl/IWwY6n): 1. La República de California; 2. La República de Texas; 3. La República Centro/Norte; 4. EU del Atlántico, que a mi juicio se uniría al Brexit; 5. Alaska, y 6. Hawaii (https://goo.gl/9x7SjN).

En forma impactante, tres de los seis pedazos balcanizados de EU por IP (https://goo.gl/Vjgcs9) prevalecieron: el voto costero occidental del eje California/Oregón/Washington se volcó por Hillary, frente al voto pro Trump en el cinturón industrial (rust belt), dominado por el eje Pensilvania/Michigan/Ohio, y el cinturón bíblico (bible belt), encabezado por la República de Texas.

Sea el escenario que fuere en EU, lo real es que su destino etno-teo-geopolítico alcanzó también a sus dos vecinos: Canadá y México, que no disponen de muchos anticuerpos geopolíticos ni geofinancieros.

Lo peor que puede suceder, como en forma insensata operó el frívolo Senado del México neoliberal itamita, es tomar partido en una guerra civil ajena porque se corre el grave riesgo de sufrir las consecuencias colaterales. México debe serenarse.

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