9.11.16

El día después: Trumpismo con o sin Trump

Alfredo Jalife-Rahme

La elección pasó y se queda el trumpismo: movimiento estructural del supremacismo/nacionalismo blanco WASP de los desempleados red necks y cuellos azules.

A un día de los sufragios, ¿habrá impactadola enésima voltereta del director de la FBI, JamesComey, vilipendiado por tirios y troyanos, quien por segunda vez exoneró a Hillary de sus polémicos correos (https://goo.gl/pLfCts)?

La primera víctima de la post elección ha sido la institucionalidad de la FBI, la policía orwelliana de EU, también fracturada, como todos los elementos de la sociedad que pasa por una alarmante fase centrífuga.

Newton Gingrich, anterior líder camaral del Partido Republicano, acusó al director de la FBI de encapsularse y advirtió que EU puede encontrarse en turbulencias durante una década (sic), independientemente de quien gane la Casa Blanca (https://goo.gl/lsM1nZ).

A juicio del británico Edward Luce (EL), del Financial Times –que se pronunció, como TheEconomist, a favor de Hillary–, quien conoce como pocos el sistema,“la democracia (sic) estadunidense se encuentra ante su más grave prueba (https://goo.gl/5Dr34R)”: el sistema se tambalea, independientemente del resultado de la elección cuando EU se está volviendo cada vez más difícil de gobernar. ¡Cómo no, si la desigualdad del modelo neoliberal ha carcomido sus entrañas en forma ininterrumpida!

En otro artículo, La Era del Vitriolo, EL diagnostica que es improbable que el vitriolo se evapore, ya que “son reales (sic) las fuerzas inconexas que han apoyado a Trump (https://goo.gl/8MRBDW)”.

El trumpismo sufre de alienación demográfica y sicológica cuando todavía los blancos no latinos ostentan 64% de la población, en franco declive, frente al ascenso irresistible de los latinos, a cuya cabeza se encuentran los mexicanos y, más que nadie, de los asiáticos que cambiarán la estructura racial de EU en 2050 (https://goo.gl/ozZCKn).

El trumpismo, con o sin Trump, representa el canto de cisne del supremacismo/nacionalismo blanco que se subsume en los WASP (https://goo.gl/dvrlr2).

La polarización de EU es real y Haviv Rettig Gur, de The Times of Israel –pro Hillary– analiza correctamente que la furia detrás de Trump es sólo el principio, cuando “el desprecio y el vitriolo de la carrera de 2016 no fueron causados por un solo fanfarrón provocador, sino por angustias arraigadas por las extensas fracturas (sic) que no desaparecerán rápidamente, independientemente de la decisión de los votantes (https://goo.gl/vOg247)”.

Cuando una superpotencia como EU se encuentra en decadencia exhibe serias contradicciones domésticas, regionales y globales.

Ya había formulado que tanto Samuel Huntington en sus dos libros –el Choque de civilizaciones (https://goo.gl/zPEKFl), eminentemente islamófobo, y ¿Quiénes somos? (https://goo.gl/QhrGCY), eminentemente mexicanófobo– como Trump abrevan de las mismas raíces evangelistas puritanas de los padres fundadores y sus previos 4 despertares de corte religioso,racista y sociopolítico (https://goo.gl/gmEHuO).

Huntington fue un trumpiano avant la lettre de la política exterior de EU y su nefario Choque de civilizaciones, cuyo último libro es la quintaescencia del trumpismo doméstico.

Lo contradictorio ahora de EU, como reflejo de su caos en su notable crisis declinante, así como de la ruptura de su previa identidad nacional, subyace en que Trump expresa el supremacismo de los blancos WASP, mientras la política exterior de Hillary –basada en gran medida en el pugnaz Choque de Civilizaciones de Huntington– respalda el Supremacismo bélico anglosajón, con o sin latinos –usados como carne de cañón–, donde predomina la anglósfera y convergen tanto la dinastía bananera de los republicanos Bush como de los neoconservadores straussianos encabezados por el republicano Paul Wolfowitz, cuando ambos sectores del establishment anti-Trump se volcaron por Hillary.

Si fue un grave error mayúsculo haber recibido en forma oficial al candidato Trump en Los Pinos con toda la pompa presidencial, fue mucho peor que los senadores, la panista Mariana Gómez del Campo –prima exhibicionista de la esposa de Calderón– y Zoe Robledo –cuyo padre es íntimo de Carlos Menem en Argentina, para decir lo menos (y la perredista Dolores Padierna),– se hayan expuesto en forma impúdica con camisetas a favor de Hillary, delante del letrero “La Patria es Primero (https://goo.gl/IQCgg4)”. Estos dos (tres) senadores entreguistas, colaboradores del letal Pacto por México –que desmanteló la última seguridad soberana del México profundo–, amén de haber actuado con frivolidad, han puesto en riesgo a nuestros hermanos mexicanos en EU, donde pueden cundir represalias del supremacismo/nacionalismo de la furia blanca de los desempleados WASP.

¿Cómo puede apoyar un verdadero patriota mexicano a Hillary cuando fue quien primero aprobó la construcción de la tercera parte del ignominioso muro en nuestra frontera (https://goo.gl/TJLDgD) ante las narices de los panistas fariseos Fox y Calderón, y segundo, cuandofue coautora de la captura del petróleo de México: nuestro último resguardo geopolítico que nos quedaba (https://goo.gl/y1Q8Rx)?

La infatuada Mariana Gómez del Campo y el soez Robledo han de confundir a patriotas mexicanos con el equipo de futbol los Patriotas de Nueva Inglaterra.

A los disfuncionales cuan ignaros senadores mexicanos se les pasa por alto que los supremacistas blancos –avalados por la Segunda Enmienda y la poderosa Asociación Nacional del Rifle– son los más armados del planeta, a diferencia de nuestros despojados hermanos mexicanos que no tienen esa cultura balística.

Les recuerdo a los desinformados senadores que Hillary desprecia a los mexicanos, a quienes calificó de antiestadunidenses, y también a los católicos –ella pertenece a la denominación protestante metodista–, a quienes insultó de bastardos. Parece que los senadores mexicanos sufren patente masoquismo y vocación de ser esclavos maltratados.

Los aventureros poderes Ejecutivo y Legislativo del México neoliberal itamita cometieron graves errores infantiles en política exterior y lo peor es haber personalizado y/o satanizado a Trump cuando no entienden que se trata de una real dislocación estructural del sistema estadunidense que epitomiza el trumpismo.

Los clones del indefendible trumpismo empiezan a pulular desde Europa hasta Israel, donde Haaretz –pro Hillary– señala que el premier Bibi Netanyahu es una versión astuta de Trump (https://goo.gl/i3P1d9).

El feroz portal Zero Hedge fustiga que la “élite estadunidense no tiene la menor idea de que la sociedad se encuentra cerca de su punto de quiebre (https://goo.gl/r2yygE)”.

En una visión de ondas largas del eminente historiador galo Fernand Braudel, el Brexit anglosajón de Gran Bretaña se rencuentra casi 400 años después con el trumpismo y su línea de continuidad que proviene desde el Mayflower y sus primeros evangelistas fundamentalistas puritanos.

La grave crisis de EU y su fracking doméstico reflejan la decadencia del modelo financierista israelí-anglosajón que aniquiló la democracia y a la política.

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