7.7.13

¿Violenta entrega de aguas profundas y shale gas de Pemex a trasnacionales anglosajonas?

Alfredo Jalife-Rahme

Se han despejado los tres sitios estratégicos de la privatización encubierta de los energéticos de Pemex que Peña anhela entregar a las trasnacionales anglosajonas (ver Bajo la Lupa, 30/6/13 y 3/7/13):

1) Aguas profundas: en vísperas de la previa reforma energética, Calderón y dos miembros de su gabinete, Georgina Kessel (profesora del ITAM) y el cabildero de las trasnacionales texanas Jesús Reyes-Heroles Gónzalez Garza –vinculado al Grupo Tuxpan del cordobista-zedillista Roberto Hernández Ramírez: epítome de Banamex/Citigroup/Televisa con tratativas financieras sulfurosas– manejaron en conjunto que su tesoro oscilaba entre 50 mil y 100 mil millones de barriles (MB).

A 100 dólares el barril arroja una cifra mirífica de entre 5 billones (trillones en anglosajón) y 10 billones de dólares: entre tres y cinco veces el PIB nominal de México, susceptible de ser financiado y apalancado ( leveraged) mediante los derivados financieros de los megabancos de inversiones de que carece México debido al desmantelamiento deliberado de su banca nacional por Zedillo y Fox.

Este es el supremo negociazo que buscan Wall Street y la City, interconectados bidireccionalmente con las petroleras de las que forman parte de sus consejos de administración (véase mi libro: Los cinco precios del petróleo, Editorial Cadmo & Europa, Buenos Aires, 2006), para intentar salvarse de su insolvencia financiera.

La entrega subrepticia de Peña se brinca olímpicamente el daño ecológico en el Golfo de México por las trasnacionales anglosajonas, como sucede con el caso de BP, que se niega a resarcir los daños causados a México que le entabló juicio por su catástrofe ambiental.

2) Transfronteras: por motivos de seguridad nacional (de Estados Unidos, no del México neoliberal itamita) y del clásico popoteo, se trata de una zona exclusiva del binomio de petroleras/ megabancos anglosajones.

3) Shale gas (gas esquisto): México cuenta con la tercera reserva global (detrás de China y Argentina; ver Bajo la Lupa, 29/4/12). Sólo Estados Unidos cuenta con la tecnología del vilipendiado fracking (fracturación hidráulica).

A Peña y a su entreguista equipo financierista no les remuerde la conciencia ambiental y se disponen a entregar todo el gas esquisto a las trasnacionales de Estados Unidos para sostener su polémica burbuja financierista, que ha reducido artificialmente el precio del gas mundial, lo cual subsidia su consumo energético.

Expuestos los tres sitios estratégicos que serán explotados por el inextricable binomio petroleras/megabancos anglosajones, se ha desatado una avasallante campaña propagandística para convencer sobre las bondades de su privatización encubierta, en la que participan publicaciones de todo género y convenientes think tanks.

La publicación Oil and Gas Journal (24/6/13), portavoz oficioso de las trasnacionales anglosajonas, transmite el mensaje de los expertos (sic) del muy influyente Woodrow Wilson Center (WWC), con sede en Washington, que ha tomado alarmante y unilateralmente un papel protagónico –en colusión con el ITAM: templo de la teología neoliberal local– para sentar las bases ideológicas de la privatización subrepticia de la mayor parte de las reservas de los hidrocarburos de México, específicamente en aguas profundas/transfronteras/ shale gas: las reformas energéticas de México tendrán que ser audaces (¡supersic!), si espera tener una participación significativa (sic) en el petróleo de América del Norte. ¿Cuál es el límite de la audacia neoliberal?

Perturba la definición geográfica de América del Norte, que incluye a Canadá y a México como partes de la esfera geopolítica de influencia de Estados Unidos.

Uno de los tres expertos citados es Ernesto Marcos Giacoman –ex director de Nacional Financiera, miembro del WWC y consultor interesado con su empresa Marcos y Asociados–, quien conjeturó que: Si no hacemos reformas más serias (sic), más compañías mexicanas (sic) comenzarán a construir planes en Estados Unidos ya que los precios del gas natural son más bajos, y México va a perder su ventaja competitiva. ¡Aburrida jerigonza neoliberal!

Marcos se ha de referir en forma amañada al gas natural –en manos de las gaseras españolas gracias al entreguismo de la dupla panista Fox/Calderón, en connivencia con Repsol–, porque sobre el shale gas ninguna empresa ibérica ni mexicana ni mundial posee el monopolio tecnológico del polémico fracking estadunidense (ver http://www.hbo.com/documentaries/ gasland/index.html).

El cacofónico tsunami propagandístico del WWC se generó cuatro días después de la promesa de la entrega por Peña de la mayoría de las reservas de los hidrocarburos de México a las trasnacionales anglosajonas, específicamente a ExxonMobil y a Shell.

WWC exulta que la reforma energética de Peña alterará radicalmente (¡supersic!) el marco legal (sic) para la producción del petróleo en México, quizá (sic) incluyendo cambios a la Constitución (http://www.wilsoncenter.org/event /energy-reform-mexico).

Duncan Wood, director del Instituto México (sic) del WWC y anterior profesor de relaciones internacionales del ITAM, parece mas bien uno de los portavoces oficiosos del binomio de las petroleras/megabancos anglosajones.

Pero nada se compara con la tóxica temeridad de entonaciones cavernícolas de Juan Pardinas Carpizo, el tercer experto (sic) propulsado balísticamente por el WWC, quien funge como director del Instituto Mexicano de la Competitividad (Imco) y exige una reforma energética revolucionaria (¡supersic!) por el gobierno, que no se debe inhibir pese a las previstas protestas en la calle, incluso, a costa de romper el Pacto por México y de generar un conflicto (sic) político ( Insurgente Press, 3/7/13). ¡Uf!

El hiperviolento Juan Pardinas Carpizo augura que el proceso no va a ser fácil y habrá conflicto (¡supersic!) político. El gobierno tiene que abrazar (sic) el conflicto (sic) porque no puedes cambiar (sic) realmente un país como México sin un cierto grado de conflicto (sic) político. ¿Quién gradúa la obsesión por el conflicto político de Juan Pardinas Carpizo?

Al conflictivo Juan Pardinas Carpizo no lo detiene nada y hasta alienta la represión. Interpreta subjetivamente El arte de la guerra de Sun Tzu cuando, a su juicio, una de las grandes ventajas (sic) del gobierno mexicano es que ya sabe cómo reaccionarán los sindicatos y la izquierda, por lo que puedes llevar lejos (¡supersic!) tus ambiciones (sic) para imponer una reforma radical. ¿Qué tan lejos?

Pardinas Carpizo soslaya la mediocridad de su representatividad cuando el “México neoliberal itamita” ocupa el patético lugar 53 en el ranking mundial, según el Reporte Global de Competitividad, del Foro Económico Mundial de Davos.

A Juan Pardinas Carpizo, cañón suelto del WWC que favorece un exagerado impuesto a la gasolina, no le importa nada al conminar sin sindéresis a que el gobierno debe actuar con contundencia (¡supersic!), por encima de los intereses o de conflictos (sic) con la izquierda y los sindicatos.

¿Quiere sangre Juan Pardinas Carpizo, avalado por el WWC?

¿Dónde quedan prudencia, diálogo y democracia, cuando el planeta se está incendiado desde Turquía, pasando por Brasil, hasta Egipto?

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