Proceso 1299
23.09.2001
México y Brasil en disputa por ser el mejor aliado
Yetlaneci Alcaraz, Jesusa Cervantes y María Lourdes Pallais
Los anhelos de Vicente Fox de que México salga del Tratado Interamericano de Atención Recíproca (TIAR) quedaron, por el momento, para tiempos de paz; mientras que cualquier pretensión del canciller, Jorge G. Castañeda, de no "regatear" apoyos a Estados Unidos en su guerra contra el terrorismo fue truncadapor el Senado de la República.La reunión de los miembros del TIAR,celebrada el viernes 21 en la Organización de Estados Americanos (OEA),activó este tratado al aceptar que el ataque terrorista contra EstadosUnidos es contra todo el continente. Y es que, a pesar de que el tratado especifica una respuesta intercontinental ante una agresión de otro Estado, ahora se le dio la misma categoría al atentado de un grupo terrorista.
Castañeda negoció la permanencia de México en el TIAR "en aras de la unidad latinoamericana", reconoció el canciller el jueves 20. Con ello, bajó la guardia hacia el exterior pero a cambio recibió la propuesta de los demás miembros del Tratado de analizar a futuro su inutilidad.
Desde hace cinco meses el gobierno foxista consultó a los exsecretarios de Relaciones Exteriores Fernando Solana, Bernardo Sepúlveda y Manuel Tello, además de los integrantes de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, para plantear la salida del TIAR. Todos estuvieron de acuerdo.
Con la decisión tomada, Fox asistió al pleno de la OEA el 7 de septiembre. Sin embargo, ese día sólo anunció la decisión de analizar, en un margen de 60 días, la posibilidad de que México quedara fuera del TIAR. Los acontecimientos del martes 11 en Estados Unidos rebasaron sus pretensiones.
Según el diputado Gustavo Carvajal Moreno, presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Cámara de Diputados, "la situación ha cambiado y hoy habrá que esperar lo que suceda. De aquí en adelante todo es una hipótesis".
"Mano a mano"
Durante su intervención en la Reunión Especial de Ministros de Relaciones Exteriores de la OEA, Castañeda insistió en la necesidad de "abordar a la brevedad las nuevas y verdaderas amenazas y necesidades de seguridad de nuestros países, una de las cuales es la barbarie del terrorismo". Así, dejó en claro el descontento de México respecto al TIAR.
Con ello, la ambiciosa diplomacia de Fox pareció tambalearse, mientras que Brasil, que se puso a la cabeza de la defensa del TIAR, se perfiló como el gran aliado de América Latina, consideró Larry Birns, director del Consejo para Asuntos Hemisféricos con sede en Washington.
"No existe la menor duda de que Brasil está destinado a ser el líder de América Latina. México tiene todavía un largo trecho que recorrer", agregó.
El discurso del embajador de Estados Unidos ante la OEA, Roger Noriega, parecía reflejar esa afirmación. Ignoró a México y agradeció a Brasil, al señalar que era un verdadero líder regional y que lo demostraba con hechos y no palabras: Brasil lanzó la iniciativa de activar el TIAR.
"Yo no sé quién sea el amigo de Noriega pero sí sé quién es el amigo de Colin Powell", dijo un alto funcionario de la OEA que estuvo presente en la última reunión de ese organismo convocado por México el viernes 21.
Y es que Powell, quien tenía previsto abandonar el recinto de la OEA por razones de seguridad, luego de su breve discurso esperó a que concluyera el de Castañeda y, ante la mirada atónita de todos los presentes, se acercó al canciller mexicano, lo saludo con un efusivo abrazo y se retiró.
Aunque la misión diplomática mexicana no logró que los cancilleres descartaran activar el TIAR, sí logró que se modificara la agenda de las reuniones diplomáticas.
Por insistencia de México, ni el texto de la resolución final del TIAR ni el de la OEA hacen referencia explícita al apoyo militar de la región. Hasta ahora Argentina ha sido el único país que ha ofrecido apoyo militar, "cosa que Estados Unidos no ha solicitado ni necesita", según comentó Castañeda el jueves 20.
Además, luego de cabildeos toda la semana, la delegación mexicana logró modificar el procedimiento de las sesiones que se llevaron a cabo en la OEA, lo que fue interpretado por fuentes diplomáticas como que Brasil y México habían logrado una suerte "de mano a mano" en ese forcejeo político que se llevó a cabo en Washington.
El freno a Castañeda
Un día después del atentado, el canciller mexicano expresó: "Estados Unidos, obviamente, va a buscar represalias, y tiene toda la razón y todo el derecho de hacerlo. En cuanto hayan detectado a los autores de estos atentados deplorables, ejercerán venganza y no habrá que regatearles el apoyo; he insistido mucho en ello: no es el momento de regatear apoyos".
Sus declaraciones provocaron malestar entre los legisladores de diversos partidos políticos, quienes aprovecharon su comparecencia ante el Senado para exigirle una explicación. Incluso el diputado del PRD, Sergio Acosta Salazar pidió el jueves 20 su destitución.
Todo ello obligó al Ejecutivo a consultar con los senadores el texto donde se fijó la posición de México ante los hechos ocurridos en Estados Unidos.
Así, en la "Declaración del Gobierno de México (Consultada con el Senado de la República)", se establece que "de acuerdo con la resolución 1368 (2001) del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, el gobierno de México —ratificando su vocación pacifista— expresa su plena disposición para colaborar, con la urgencia y firmeza que exige la situación, en los esfuerzos de cooperación internacional encaminados a la prevención y erradicación del terrorismo, conforme al llamado de la Asamblea General de las Naciones Unidas contenido en su resolución A/56/1 del 12 de septiembre".
Además establece que "las decisiones que emanen de la OEA deberán tomarse al amparo de lo previsto en el artículo 53 de la Carta de Naciones Unidas, que prohíbe la aplicación de medidas coercitivas en virtud de acuerdos regionales o por organismos regionales sin la autorización expresa del Consejo de Seguridad...".
Finalmente, aclara que "el gobierno de México, como siempre y como es su obligación, guiará sus acciones con pleno respeto a los principios tradicionales de política exterior plasmados en la Constitución de la República".
Esa declaración, publicada como desplegado el miércoles 19, "frenó totalmente a Castañeda", dice Jesús Ortega, coordinador de la fracción parlamentaria del PRD. Con él coincide la presidenta de la Comisión de Asuntos Internacionales para América del Norte, Silvia Hernández: "Sí. La posición oficial implica un cambio en relación con otras posturas. Hasta hace unos días, el discurso de la Cancillería era distinto a los objetivos del país y los principios de la política exterior".
Para la legisladora priista, el valor del documento es que "eliminó la ambigüedad que se revelaba constantemente" en el gabinete de Fox. Un ejemplo de ello fueron las recientes declaraciones del secretario de Gobernación, Santiago Creel, quien en contraposición con Castañeda, dijo que el apoyo a Estados Unidos debía ser en apego al Estado de derecho.
"Evidentemente eran discursos distintos que revelaban las diferencias en las posiciones de ambos y también, debo decirlo, la intención al menos de uno (Creel) de hacer evidentes esas diferencias", dice por su parte Ortega.
Y comentó que "el texto que se nos consultó es substantivamente diferente a las declaraciones iniciales de Castañeda". El mismo canciller fue el encargado de promover el documento entre los coordinadores de las tres fracciones parlamentarias del Senado, las cuales se encargaron de consensarlo con sus grupos. "Castañeda se reunió conmigo para consultarme los asuntos del TIAR, de la urgencia de convocar a cancilleres de la OEA y de la exigencia implícita de Estados Unidos para recibir apoyos sin condiciones. También me enseñó el documento que traía la posición de México para que le diera mi opinión.
"Le aclaré que nosotros pedíamos que el texto contuviera tres elementos: uno, nuestra solidaridad y la definición de combate al terrorismo, pero que nuestro apoyo sería solamente en términos políticos y diplomáticos; dos, el asunto de la vocación pacifista del país; y tres, el combate al terrorismo no a través de la represalia ni la guerra, sino mediante la diplomacia internacional", detalla Ortega. El senador perredista explica sin embargo que el Senado nunca tuvo la pretensión de aprobar la propuesta como un punto de acuerdo: "Si es una consulta, es eso, una consulta. La responsabilidad es de ellos, pero si nos piden nuestra opinión se la damos".
Agrega que en una primera reunión cada coordinador analizó con su bancada el texto y en un segundo encuentro los tres lo avalaron. Silvia Hernández narra que luego de leer con detenimiento el texto "consideramos que estaba bien cuidado y que como grupo daríamos una opinión sin objeción y es que —explica— contenía cuatro puntos que para nosotros son importantes: uno, expresa con claridad un apoyo político y diplomático; dos, el apoyo es con base en nuestra ley, la Constitución, y en otra que nos hemos dado voluntariamente, que es la Carta de Naciones Unidas; tres, la negativa a que sea en el marco del TIAR donde se llegue a conclusiones; y la cuarta es la iniciativa de México de convocar, en la OEA, a la participación de los secretarios de Estado".
Al igual que los senadores de oposición, los panistas aprobaron el documento. "Le hicimos a Castañeda la observación que quedara claro en el texto que el aspecto militar se descartaba y que se enfatizara la posición de México de atacar el terrorismo mediante medidas de carácter políticas y diplomáticas", dice el senador Fernando Margaín.
Aunque los senadores se dieron por satisfechos con el texto final y lo consideraron una medida para frenar las desproporcionadas declaraciones del canciller Castañeda, advierten que el Senado vigilará su cabal cumplimiento.
Uno para todos
La resolución aprobada en la reunión de consulta de ministros de Relaciones Exteriores en el marco del TIAR establece que los estados "deberán brindar asistencia recíproca efectiva para enfrentar tales ataques y la amenaza de ataques similares contra cualquier Estado americano, y para mantener la paz y seguridad en el continente".
Al fijar la posición de México durante la Reunión Especial de Ministros de Relaciones Exteriores de la OEA, Castañeda propuso "intensificar el monitoreo y control de los recursos con que los grupos terroristas financian sus actividades, aplicando rigurosos controles al lavado de dinero, a la transferencia de fondos y al manejo de cuentas que pudiesen destinar a sus fines criminales".
Sin embargo, los legisladores miembros de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados no son tan optimistas. Por ejemplo, Tarsicio Navarrete, secretario de dicha comisión, aceptó que México aún es "vulnerable" al lavado de dinero a pesar de los recientes cambios en la legislación financiera.
"Ningún país puede escapar a ser utilizado para esa actividad ilegítima de algún grupo criminal", sostuvo el también integrante del PAN.
El apoyo que hoy tendrá que dar el país, bajo el nuevo contexto del TIAR, es brindar "información de inteligencia y apoyo diplomático", explicó Carvajal Moreno.
13.11.01
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