“Desgraciados
los pueblos donde la juventud no haga temblar al mundo
y los
estudiantes se mantengan sumisos ante el tirano”
Lucio
Cabañas
Leyó en voz alta el folleto que tenía entre manos con la frase
“Resistir o morir” y su vena marxista salto de inmediato para desestimar el
sentido de aquella propaganda.
Resistir no -espetó tajanteporque
la resistencia implica sumisión, implica que sigue habiendo un opresor, y en cierta manera, una fantasmal resignación
ante esos mecanismos sistemáticos. La frase tendría que decir, “luchar o morir”
-concluyó, suscitando el asentimiento de los allí presentes-.
Le conozco poco, y aunque algunos lo tachan de radical sin sentido, en
esa ocasión reconozco que también le di la razón.
Es verdad que las connotaciones y los marcos de
referencia los construimos nosotros y
nuestras circunstancias.
También es verdad
que restituir ciertas
connotaciones o resignificar ideas tan arraigadas en nuestras versiones de la
realidad, es un proceso largo y muy complicado.
De allí la recriminación y
deslegitimación constante hacia los movimientos -no de resistencia- de lucha social
que se han mantenido a contracorriente a lo largo de la historia de México,
pues se sostienen en relaciones de dominación basadas en el histórico criterio de la pobreza material,
cal ificada bajo los parámetros de quienes ostentan el poder.
Y quienes se erigen como jueces,
absueltos de la represión, resultan ser quienes temen volver a su pasado de
pobreza material, o quienes nunca han padecido ciertas carencias y temen
descender de su mediana escala económica. La denominada clase media, amante de
la tecnocracia, el esnobismo, pero sobre
todo defensora del establishment apolítico, ascéptico.
“Lo que cambia es el modo de
dominación que en lugar de ser políticamente por la violencia se ejerce por la
explotación y el
despojo económico en
razón de una
versión, no ya
política, si no sobre
todo económica y administrativa del «bien común» o «interés común»: el
bienestar” 1
.
Así
tenemos un sector mayoritario de la población que clama, como la
historia se lo ha enseñado (y porque la historia se ha ensañado), por sus
derechos más elementales consciente de la opresión y el expolio al que ha sido sometido sistemáticamente. Por
otro, una mínima parte de la población que tiene todo un “arsenal” ideológico para salvaguardar sus intereses económicos y políticos con ese argumento
eufemístico del bienestar.
* * * *
La memoria clama a gritos no sólo
atender ese presente que se diluye en nuestras manos en medio de hechos
violentos que han hecho sangrar a México
durante décadas y de los que todas las personas mexicanas somos víctimas, clama
también porque nos impliquemos y hagamos nuestras esas causas.
¿Cómo sensibilizar a toda esa masa
expectante, apolítica y aséptica que no hace más que criminalizar a quienes
luchan contra la exclusión, la opresión
y el olvido? ¿Tan interiorizada tenemos
esa inercia Lucio Cabañas absurda de que sólo ahogado el niño, se tapa el pozo? ¿O es entonces que hemos normalizado ya
la violencia en nuestra cultura?¿Qué nos hace falta para razonar, reflexionar y
reaccionar?
Con hechos tan deleznables como lo
ocurrido en Ayotzinapa, no hacemos más que demostrar que la frase de que “el
mal existe no por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a
ver lo que pasa” es una realidad evidente.
Aquí algunos retazos de nuestro presente
desmesuradamente violento e impune, donde el
olvido teje a intervalos su telaraña:
1997, Acteal, Chiapas. Masacre a manos de paramilitares de 45 indígenas
tzotziles, varios niños y mujeres.
2006,
Atenco, Estado de
México. Detención arbitraria de unos 200 manifestantes, violaciones y vejaciones a 26 mujeres tras
las protestas por la intención de despojarlos de sus tierras para construir el
aeropuerto.
2006. Oaxaca. Rebelión de la Asamblea Popular
de los Pueblos de Oaxaca (APPO) liderea una huelga de maestros que duró siete
meses, con un saldo de 26 asesinatos, 500 detenidos y unos 380 casos de tortura.
2006.
San Luis Potosí. Protestas por la violación de la
sentencia que prohibía la instalación de la minera San Xavier en SLP. A estas
alturas el daño ecológico es irreparable.
2008. San Juan Copala, Oaxaca. Asesinato de dos locutoras indígenas triquis, Felicitas
Martínez y Teresa Bautista, en San Juan Copala.
2010. San Juan Copala, Oaxaca. Asesinato de la activista Alberta Cariño
y Jyri Antero, cooperante finlandés tras
una emboscada paramilitar.
2012.
Michoacán.
Operativo simultáneo para desalojar las Normales Rurales de Cherán, Arteaga y Tiripetío
que estaban ocupadas por los estudiantes. El saldo oficial es de 178 detenidos
y un número de heridos sin cuantificar.
2012. Morelia, Michoacán. Policías federales y municipales
irrumpen tres casas de estudiante de la UMSNH con un saldo oficial de siete estudiantes
golpeados por las fuerzas policiales y 194 detenidos.
2014. Oaxaca. Durante una serie de protestas para
exigir el incremento de plazas en las
normales, fueron detenidos 162 normalistas.
2014.
Ayotzinapa, Guerrero.
Policías municipales abren
fuego contra autobuses
“tomados” por normalistas. El
saldo es de 6 muertos, 17 heridos y 43 normalistas desaparecidos. Las
autoridades aún no confirman que
los restos de
las fosas de
Iguala, el lugar
del enfrentamiento, son de
los desaparecidos.
La lista es mucho más larga de lo que
recordamos.
* * * *
Las normales rurales en México
México ocupa el quinto lugar entre los países que peor pagan
a sus profesores, según un estudio de 2012
de la
OCDE. Sin embargo,
lo más preocupante
no es sólo
el paupérrimo salario
y l a desproporcionada distribución
de los ingresos
destinados al gremio
magisterial. Lo es
también la reestructuración educativa
que al día de hoy ha
tecnificado la educación y vaciado
de contenido reflexivo,
humanístico e histórico los programas formativos.
¿Cómo surgieron las normales rurales?
A principios del siglo pasado, una de
las políticas vasconcelistas para alfabetizar l as zonas rurales fue la creación de
este tipo de
escuelas normales. Desde
sus inicios, las
escuelas normales ruralesfuncionaron
no sólo para la enseñanza del
conocimiento tradicional a
indígenas y campesinos, sino también a la organización para su emancipación.
¿Quiénes estudian allí?
Especialmente personas oriundas del
campo y comunidades indígenas.
¿Cómo se accede a estudiar a las
normales rurales?
El
principal requisito para ingresar
a las normales rurales es no contar con recursos suficientes para estudiar en
las universidades estatales. En otras palabras, “ser pobre”.
¿Por qué son limitadas las plazas para
matricularse en las normales rurales?
El gobierno ha emprendido desde el
sexenio ordacista el cierre sistemático y arbitrar io de las normales rurales
por considerarse “semilleros de guerrilleros”.
¿Cuántas normales había y cuántas
quedan?
De 46 normales rurales que había en el
país en tiempos de Lázaro Cárdenas, quedan ahora 16 en todo el territorio
nacional.
¿Cuáles son las reivindicaciones
históricas de los normalistas?
Planes
formativos orientados a
la transformación social,
adaptados a las
circunstancias de cada comunidad, basados en los ejes político,
cultural, productivo, deportivo y académico, más plazas y más recursos para
mantenimiento y para los comedores estudiantiles.
¿Por qué murieron Genaro Vázquez y Lucio
Cabañas?
El
primero líder de la Unión Cívica
Guerrerense, el segundo líder
de la Federación
de Estudiantes Campesinos Socialistas de
México, ambos asesinados bajo el mandato de Luis Echeverría Álvarez, víctimas de la Guerra Sucia en el
país.
* * * *
Sin
duda, la represión
se ha agudizado
en contra de los
estudiantes más pobres,
los de origen proletario y campesino; en los últimos
años, se han registrado un sinnúmero de agresiones en contra de los estudiantes
de las Normales Rurales, como ya se ha
señalado anteriormente. Con miras a implementar el neoliberalismo en
todas las esferas de la vida económica y política, se ha desarrollado una
política de Estado destinada a legitimar el
asesinato y desaparición de estudiantes, así como el descrédito a cualquier brote de
inconformidad.
El odio, el exterminio, el
desplazamiento, el destierro y la exclusión de los pobres sigue siendo política
pública. Los gobiernos tienen interiorizado el
discurso del clasismo y el
racismo, por más progresistas que parezcan ante la mirada del resto de
la población.
Reproduzco aquí las palabras de Mardonio
Carballo que en su columna “Las Plumas de la Serpiente” ironiza la
sentencia de la lidereza “vitalicia” del
magisterio, Elba Esther Gordillo,
cuando dijo que las normales rurales tenían que desaparecer, porque “allí
se forman guerrilleros”. A esa
mujer y a la población en general se nos
olvida que es la desigualdad social la que forma guerrilleros.
NORMALES RURALES EN LA ACTUALIDAD
Aguilera, Durango
Amilcingo, Morelos
Atequiza, Jalisco
Ayotzinapa, Guerrero
Cañada Honda, Aguascalientes
El Cedral, San Luis Potosí
El Quinto, Sonora
Hecelchakán, Campeche
Mactumatzá, Chiapas
Panotla, Tlaxcala
San José de Tenería, Estado de México
San Marcos, Loreto Zacatecas
Saucillo, Chihuahua
Teteles, Puebla
Tiripetío, Michoacán
Villa de Tamazulapan, Oaxaca
Nota:
1 SÁNCHEZ Parga, José (2003)Razón de
Estado, razón de Mercado. Revista Nueva Sociedad 188.
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