María Luisa Ramos Urzagaste
El nuevo Tratado México-EEUU-Canadá, T-MEC,
que reemplazará al TLCAN, tendrá un impacto positivo en el PIB real y el
empleo de EEUU. Para defender su mercado interno y lograr sus metas de
exportación, Trump aprobó la Ley de mejora de la agricultura, que prevé
867.000 millones de dólares en subsidios.
A decir de Trump, el
Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN) fue un pésimo acuerdo
para EEUU, pues ocasionó la pérdida de 4 millones de empleos en el
sector manufacturero, un déficit de más de 2 billones de dólares.
Además, el sector automovilístico habría perdido un 25% de puestos de trabajo.
Por
su parte, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, remitió
el T-MEC al Congreso para su aprobación. "Consideramos que nos conviene,
que es benéfico para que haya más inversión extranjera, que se estimule
la participación de las empresas, para la creación de empleos bien
pagados en el país", afirmó.
La pobreza no se redujo con el TLCAN
Durante los 20 años de vigencia del TLCAN, las exportaciones totales de México han crecido
un 525%, siendo el sector de maquila el más dinámico. No obstante, el
Senado mexicano reconoce que el bajo costo de la mano de obra sigue
siendo un factor fundamental para la instalación de empresas
manufactureras norteamericanas en México.
En el periodo de vigencia del TLCAN, las maquiladoras han creado apenas 700.000 empleos, en un país con una población económicamente activa de 54 millones de personas, de las cuales 30,5 millones tienen trabajos informales y las subocupadas suman 3,8 millones.
Un
informe gubernamental afirma que México exporta a sus socios del TLCAN
por un valor de 36 millones de dólares cada hora. Pero más allá de los
millones, es más que curioso que casi la mitad de los mexicanos aún
continúan viviendo en la pobreza.
Un acuerdo para eliminar el déficit de EEUU
Según el Gobierno de EEUU, con la firma del T-MEC han logrado "un acuerdo del siglo XXI de alto estándar" que les permitirá eliminar
el déficit de 71.000 millones de dólares en comercio de bienes y
mejorar el superávit de casi 7.000 millones de dólares en servicios.
La
Comisión de Comercio Internacional de los EEUU (USITC, por sus siglas
en inglés), hizo una evaluación del posible impacto del T-MEC que arrojó
como resultado que las exportaciones estadounidenses a Canadá y México
aumentarán en 19.000 y 14.000 millones de dólares, respectivamente.
En
cuanto a las importaciones estadounidenses desde Canadá y México,
aumentarán en un 5% y un 3,8%, respectivamente. El modelo usado por la
USITC estima que el acuerdo tendrá un impacto positivo en todos sus
sectores industriales.
Estados Unidos entiende que debe preparar a
sus empresas para defender su mercado interno y conquistar nuevos. Para
ello, el presidente Trump promulgó la Ley de mejora de la agricultura 2018, que dispone 867.000 millones dólares en ayuda al sector para los próximos cinco años.
Las trampas del T-MEC: propiedad intelectual
Uno
de los pilares del T-MEC es el referido a la propiedad intelectual,
que, entre otros aspectos, define procedimientos judiciales para "evitar
la divulgación de secretos comerciales" de las compañías
transnacionales en casos de litigio.
Esto le vendrá muy bien a los
contaminadores, pues estarán protegidos de no difundir información de
los químicos que utilizan. También podrá favorecer a los productores de
transgénicos que no estarán obligados a informar, amparándose en el
'secreto comercial'.
Según el Gobierno de EEUU, el capítulo de propiedad intelectual "moderniza y proporciona una protección sólida y efectiva" a sus innovadores y creadores.
Estado Gendarme para proteger a las transnacionales
La
oficina para el comercio de EEUU informó que, por primera vez, un
acuerdo comercial establece que, 'de oficio', las autoridades deberán
impedir la circulación de las mercancías falsificadas o pirateadas en
cada fase de entrada, salida y tránsito por el territorio de cualquiera
de los países parte del T-MEC.
El Estado mexicano deberá crear una gran infraestructura legal y policiaca para proteger las inversiones de sus socios.
De
este modo, el Estado se convierte en gendarme defensor de los intereses
de empresas transnacionales, pues de no hacerlo sufrirá sanciones y
demandas por no proteger la inversión.
Es sabido que la piratería
es una plaga internacional y para combatirla no bastan leyes o
policías, pues es también un problema de pobreza, que por lo visto en el
TLCAN no solucionará tampoco el T-MEC.
UPOV 1991, la trampa de la 'letra chica'
El
T-MEC establece que los países deberán ratificar varios tratados
internacionales sobre propiedad intelectual, entre ellos UPOV 1991, que
es el tratado de la Unión Internacional para la Protección de las
Obtenciones Vegetales.
UPOV 1991 ha sido foco de críticas y
resistencia en el mundo porque establece derechos de monopolio muy
amplios a favor de los obtentores de variedades vegetales, a quienes
define como "aquella persona que haya creado o descubierto y puesto a punto una variedad vegetal".
Esos
nuevos derechos abarcan toda la cadena productiva y reproductiva del
vegetal en cuestión, incluyendo la producción, reproducción, venta,
exportación e importación, que deberá ser autorizada por el obtentor.
Dicha 'autorización' implica el pago por el uso.
Este nuevo
acuerdo constituye una amenaza para la propiedad colectiva del
conocimiento tradicional y abre las puertas de par en par a la
biopiratería, pues equipara el concepto de 'descubrimiento' con el de
'invención', que no son lo mismo.
Es aún más preocupante que el
artículo 20 del T-MEC establece que cada país "dispondrá que las
patentes puedan obtenerse para cualquier invención, ya sea un producto o
un procedimiento, en todos los campos de la tecnología".
Se podrá patentar vegetales, genes, microorganismos, etc., etc., de la misma forma que se patentan las invenciones industriales.
Es
la típica visión colonialista, donde el descubridor, por el mero hecho
de haber encontrado algo, se lo apropia, lo patenta y se lucra sin
límites. Se trata incluso de una imposición de paradigma, que elimina el
conocimiento colectivo de libre acceso y promueve la apropiación y
lucro privado.
Según el Instituto de Política Agrícola y
Comercial, con el TLCAN los agricultores mexicanos fueron devastados por
el maíz barato de los EEUU y casi dos millones de ellos fueron
expulsados de la agricultura, muchos se convirtieron en subcontratados y
otros se vieron obligados a emigrar.
Los textos del T-MEC y
sus anexos conforman cientos de páginas, donde el capítulo de propiedad
intelectual es apenas una parte, pero suficiente para constatar que EEUU
ha logrado imponer sus reglas neocoloniales, constituyéndose esto en un
peligroso antecedente.
UPOV 91 y T-MEC violan los derechos campesinos
La reciente Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos y de Otras Personas que trabajan en las zonas rurales instituye que los Estados respetarán, protegerán y harán efectivos los derechos de los campesinos.
El
artículo 19 establece el derecho a proteger los conocimientos
tradicionales relativos a los recursos fitogenéticos para la
alimentación y la agricultura; el derecho a conservar, utilizar,
intercambiar y vender las semillas o el material de multiplicación que
hayan conservado después de la cosecha.
¿Podrá AMLO hacer cumplir estos derechos luego de la entrada en vigor del T-MEC y UPOV 91?
It's just business!
Para
el año 2050 se prevé que la población mundial alcance los 10.000
millones. Eso conlleva que la demanda mundial de alimentos aumente en un
70%.
La creciente demanda de granos, aceites y vegetales es un
motor importante para el mercado mundial de semillas, que está valuado
en 59.000 millones de dólares y se prevé
que llegue a 90.000 millones de dólares en 2024. Este es precisamente
el negocio que ahora EEUU y sus transnacionales pretenden monopolizar.
Ocho
empresas representan alrededor del 50% del mercado mundial de semillas,
entre ellas Monsanto, Vilmorin & Cie., Syngenta (ahora china,
ChemChina-Syngenta), DowDupont Inc., Bayer y DLF Seeds.
Paradójicamente, son los campesinos los principales proveedores de alimentos para más del 70% de la población mundial, que producen con reducidos recursos.
¿Se acordará AMLO del plan de Ayala Siglo XXI 2.0?
Durante la campaña electoral, AMLO comprometió
con su firma incorporar en su plan de Gobierno el Plan de Ayala Siglo
XXI 2.0, que tuvo el respaldo de más de 100 organizaciones agrícolas
mexicanas.
Dicho documento definió prohibir la siembra de transgénicos y suspender el uso de pesticidas prohibidos.
El
plan precisa que "es necesario renegociar el TLCAN y sustituirlo por un
Acuerdo Trinacional de Cooperación para el Desarrollo que, a diferencia
de aquel no sacrifique nuestra soberanía alimentaria, además de que
incluya la legalización de los indocumentados y el derecho a la
movilidad transfronteriza".
¿Tan pronto se habrá olvidado AMLO del Plan Ayala siglo XXI?
15.6.19
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