Álvaro Verzi Rangel
Rusia y China dejaron claro esta semana que hay
que tomarlos en cuenta y son básicos para la solución de la crisis de
Venezuela. La línea de fuego la corrió Rusia, que hoy está en frente del
patio trasero de EEUU y el fantasma de la Crisis de los Misiles de
octubre de1962 atemoriza al mundo entero.
Los analistas y los
diplomáticos se mantienen alertas: EEUU perdió a Venezuela ya que Rusia
corrió la línea de fuego a Suramérica y el Caribe y la llevó al propio
territorio de los aliadosde Washington, tras obligar a salir a los
estadounidenses de Siria.
Desviando la atención de
Venezuela, EEUU rompió con décadas de consenso mundial y se convierte en
el primer país en reconocer la soberanía de Israel sobre una área siria
que ocupa desde 1967. El presidente Donald Trump, firmó un
decreto por el que reconoce oficialmente la soberanía israelí sobre los
Altos del Golán, medida que justificó por lo que calificó como las
agresivas acciones de Irán y de grupos terroristas contra Israel.
“Esto
es algo que debería haberse hecho hace muchas décadas”, dijo Trump al
rubricar la proclamación presidencial, junto al primer ministro de
Israel, Benjamin Netanyahu, en la Casa Blanca. La ONU advirtió, sin
embargo, que la decisión estadounidense no cambia en absoluto el estatus
internacional de esta zona arrebatada a Siria en 1967.
Volviendo a
la crisis latinoamericano-caribeña, el gobierno chino replicó al
consejero de Seguridad Nacional estadounidense, John Bolton: "América
Latina no es propiedad de ningún país ni tampoco es el patio trasero de
ningún Estado", dijo el portavoz de la cancillería chinal Geng Shuang.
Bolton había declarado que "EEUU no tolerará la injerencia de potencias
militares extranjeras hostiles en los objetivos compartidos del
hemisferio occidental" en alusión a dos aviones de Rusia que llegaran a
Venezuela.
Washington insiste en que Latinoamérica y el Caribe es
su patio trasero y necesita a la región porque va perdiendo la
competición contra China y Rusia. Desconoce que los países son soberanos
e independientes y pueden decidir por ellos mismos con qué naciones
cooperar.
El gobierno estadounidense mantiene desde 2017 un
bloqueo financiero contra Venezuela que prohíbe las transacciones con el
gobierno de ese país y la petrolera estatal PDVSA (le congeló siete mil
millones de dólars yh bloqueó todas los pagos de empresas
estadounidenses por el petróleo venezolano) y en noviembre de 2018, la
Casa Blanca prohibió a sus compañías realizar transacciones con el oro
venezolano.
Sin dudas, la crisis en Venezuela responde a
intereses económicos y geopolíticos de EEUU, que usa al autoproclamado
presidente interino Juan Guaidó para llevar adelante sus apetencias,
recurriendo incluso a sanciones secundarias a países que no están en
conflicto con el gobierno constitucional de Caracas.
Estados
Unidos trató de dividir el mundo en una reunión en Roma entre su asesor,
el genocida Elliott Abrams y el viceministro de Asuntos Exteriores de
Rusia Serguéi Riabkov, en busca de una “solución para
Venezuela”, que pasó a ser protagonista en esta lucha por la hegemonía
mundial. Pero no hubo acuerdo alguno.
Riabkov, tras señalar la
"inadmisibilidad" de una intervención militar en Venezuela, dijo que “la
conversación fue difícil, pero franca” y agregó que “por nuestra parte
tenemos una mejor comprensión de la postura de EEUU al respecto”. Rusia
ya ha manifestado que no aceptaría una intervención militar en
Venezuela: esa misma semana arribaron a Venezuela dos aviones rusos que
transportaban personal y equipo técnico militar.
EEUU comprendió que
deberá sentarse con Putin a negociar y en ese diálogo Venezuela estará
en el medio. La ONU volvió a reconocer a Maduro como el legítimo
presidente y Washington debió llamar al jefe de las fuerzas militares
venezolanas para pedirle permiso para retirar a los últimos funcionarios
de lo que era su embajada y pidió ser escoltados hacia el aeropuerto .
Los
analistas señalan recientes hechos mundiales relacionados con Venezuela
que dejan claro que el país es hoy protagonista de un resurgimiento de
la llamada Guerra Fría entre las potencias, solo que esta vez no son dos
bloques, sino tres: Estados Unidos, Rusia y China., con una tensión
creciente alimentada por las políticas agresivas del gobierno de Donald
Trump.
En la reunión de la Organización de Países Productores de
Petróleo en Bakú, Arzebaijian, el ministro de Petróleo declaraba que
Venezuela dejaba de vender crudo a India concentrándose únicamente en la
venta de petróleo a China y Rusia. Lo cierto es que India recibió un
ataque desde Paquistán, orquestado por la CIA estadounidenses, para
“convencerlos” de no comerciar con Venezuela.
Paralelamente, el
gobierno chino negó la visa a Ricardo Hausmann, representante de
Venezuela designado por Guaido ante el Banco Interamericano de
Desarrollo, para participar en la asamblea del organismo en China. Más
allá del desconocimiento a Guidó, la reunión fue suspendida.
Hay
que recordar que los principales socios en el Banco Interamericano de
Desarrollo, dirigido por el neoliberal colombiano Moreno Ocampo, son
EEUU con 30%, Argentina y Brasil con 11 cada uno, la Unión Europea con
10% : todos ellos habían manifestado el apoyo incondicional a Guaidó y
Hausmann, un exministro de Carlos Andrés Pérez (depuesto por corrupción)
y funcionario de organismo internacionales..
En este ajedrez
geopolítico mundial, no se puede olvidar que en EEUU existe una gran
polémica interna por la supuesta intervención de Rusia en las elecciones
del 2016 –las investigaciones del fiscal no hayan encontrado pruebas de
la presunta conspiración- y que luego del fracaso de las reuniones con
Corea del Norte y el tema del muro fronterizo con México, Trump arriesga
mucho en un acuerdo comercial con China.
Venezuela firmó con
Rusia un contrato de casi 300 mil millones de dólares para el suministro
de petróleo pagado por adelantado y otro por 40 mil millones de dólares
con los chinos por el petróleo.
Obviamente, a Washington poco le
interesa el pueblo venezolano. De lo intenta es el asalto de los más de
300.000 millones de barriles de la reserva petrolera prioritaria del
mundo. Pero la historia reciente muestra que EEUU no han podido ganar
una intervención solos (lo han hecho con aliados y al momento de
repartir el botín el fracaso fue nefasto, ejemplo en Irak y Libia).
Estados
Unidos perdió la vía diplomática que desechó desde el principio y,
siguiendo la lógica geopolítica, sólo le resta la guerra. No tiene
margen de maniobra mayor de Naciones Unidas, y donde Rusia y China
cuentan con poder de veto y también suma en contra a los países que han
sufrido impacto por intervenciones de la OTAN.
Colombia (socia de
la OTAN), que hasta intentó coparticipar en una invasión a Venezuela,
es la más preocupada hoy. El poder militar venezolano, superior al
colombiano, se ve ahora reforzado por el apoyo ruso, y Bogotá teme que
el conflicto se desplace de la frontera norte a la retaguardia
colombiana, explotando eventualmente en alguna base propia o
estadounidense.
Estados Unidos es consciente que Venezuela con el apoyo ruso y chino, no es Panamá, Granada, Irak o Libia.
Álvaro Verzi Rangel:
Sociólogo venezolano, Codirector del Observatorio en Comunicación y
Democracia y del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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