Alberto Betancourt Posada *
El Senado de Estados Unidos ratificó recientemente a Roberta S. Jacobson como embajadora en México. Aunque parte de la prensa la presentó como artífice de la reanudación de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, en realidad ella ha reconocido que promovió tácticas de contrarrepresión, como cobijar disidentes y financiar ONG anticomunistas y presionar políticamente al gobierno cubano para que otorgara visas a los diplomáticos estadunidenses. Para saber quién es la nueva embajadora en México, recordemos que el 25 de mayo de 2011, durante una comparecencia ante el Senado, señaló que su prioridad, en la Dirección de Asuntos Hemisféricos, consistió en coordinar el Plan Colombia, las iniciativas Mérida, de Seguridad Ciudadana en Centroamérica y de Seguridad del Caribe, buscando en todos los casos estandarizar la capacitación de las fuerzas armadas, actualizar (americanizar) a los impartidores de justicia y financiar ONG afines al punto de vista estadunidense.
El 2 de febrero de este año, durante una conversación telefónica difundida por la Casa Blanca, Roberta S. Jacobson se ufanó de que el Plan Colombia había sido tan exitoso en la capacitación de la Policía Nacional de Colombia, que de hecho dicha institución se había convertido a su vez en la instructora de 27 mil miembros de seguridad procedentes de 61 países. En el libro Gruñidos imperiales, Robert Kaplan dice que cuando visitó Tolemaida, centro de capacitación de la Policía Nacional de Colombia, se acordó de paquistaníes e indios, quienes copiaban en shorts el uniforme de sus maestros contrainsurgentes; en las goteras de Bogotá, donde los Boinas Verdes capacitan a los junglas (o policías) para que sean bravos (expertos en armamento), charlies (ingenieros), deltas (médicos) o ecos (expertos en comunicaciones), todos bajo las órdenes del Comando Sur.
El perfil profesional de la flamante embajadora Jacobson y de su discurso confirman que el Plan Mérida no se desvaneció junto con la administración del rijoso Felipe Calderón, sino que sigue vigente e incluso se intensificará en un futuro inmediato. “Si soy nombrada embajadora –dijo Jacobson durante su comparecencia en el Senado estadunidense–, mi segunda prioridad será continuar la cooperación mediante la Iniciativa Mérida”.
Cabe decir que dicha iniciativa, abrazada por Calderón como pivote de su política exterior, dejó saldo de al menos 60 mil personas muertas y 20 mil desaparecidas, y la penetración en territorio mexicano de agentes de diversas agencias estadunidenses avocadas a supervisar policías, capacitar jueces, entrenar médicos y financiar sicólogos comunitarios. En el marco de la Iniciativa Mérida, las ramas de la hidra estadunidense se multiplican por todos lados; por ejemplo, el 15 de junio de 2015, la embajada anunció que las autoridades norteamericanas participaron directamente en la modernización de las policías de Querétaro, Guanajuato, Durango y Chihuahua, en asuntos como estrategias de selección y aprobación de personal, reclutamiento, capacitación, modernización tecnológica, especialización y trabajo de análisis. El primero de abril, en Victoria, Durango, Steve Kraft, director de Asuntos Antinarcóticos y Aplicación de la Ley, inauguró la centésima sala de juicios orales en el país, financiada con recursos de la Iniciativa Mérida. El 22 de abril, Courtney Mazzone dirigió la Conferencia Sureste sobre el sistema penitenciario mexicano, celebrada en Mérida, Yucatán. La embajada, señaló, trabaja con las cárceles mexicanas para alinearlas a
los estándares internacionalesy
ayudarlesa obtener la certificación de la Asociación de Correccionales de Estados Unidos.
El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto ha sido complaciente ante la creciente penetración estadunidense, que ha vulnerado nuestra soberanía nacional, pero además actúa muy ineficazmente ante el inusitado ascenso del señor Donald Trump. Por ejemplo, el 5 de abril de 2016 la cancillería mexicana designó al maestro en derecho José Paulo Carreño King en la estratégica Subsecretaría para América del Norte, de la Secretaría de Relaciones Exteriores. El currículum de Carreño no responde a la necesidad de defender a los connacionales ni al imperativo de proteger la soberanía nacional. Pretende, más bien, vender la imagen del país. El funcionario fue desde 2015 coordinador de Marca País y Medios Internacionales de la Presidencia de la República, cargo en el cual el presidente Enrique Peña Nieto le encomendó la misión de
desarrollar e instrumentar una estrategia integral de promoción de nuestro país en economías clave. Según el currículum proporcionado por la SRE, Paulo Carreño ha desarrollado una carrera centrada en el ámbito de la mercadotecnia ocupando cargos como “director ejecutivo de comunicación de Grupo Financiero Banamex o como vocero en México de Citigroup. Al inicio del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto se difundió la pifia de que sus secretarios de Estado estaban azorados al descubrir que la administración anterior había permitido que los estadunidenses se metieran
hasta la cocina, pero, según puede apreciarse en la información difundida por la embajada estadunidense, la Iniciativa Mérida está más viva que nunca.
* Investigador de El Colegio de México
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