HUGO
HUGO
significa Human Genome Project
Organisation. Atrás de eso se esconde un
enramado de investigadores e instituciones, los cuales se han
propuesto como meta decifrar toda la información genética de la
humanidad hasta el año 2005. La cabeza de todo esto es el premio
Nobel D. Watson. En 1990 llamó él a toda la comunidad científica a
participar en el Human Genome Project.
Los llamados
robots-secuencia descifran hoy en día el patrimonio de la humanidad.
Actualmente se han descifrado cerca de 8,000 genes, poca cosa, cuando
se sabe que sólo en el cerebro hay 50,000 genes activos en el
transcurso de la vida. Cuando termine la identificación seguirá la
siguiente etapa que es la determinación de la actividad conjunta de
los genes. Con todo ese conocimiento quieren los médicos moleculares
investigar las causas de las enfermedades. Terapias genéticas
individuales serán, en el siglo XXI, lo que revolucionará a la
medicina.
Dos años después
de que se inició el proyecto, un grupo de científicos de la
Universidad de Stanford en San Francisco criticó al mismo: el
proyecto ignoraba a los pueblos indígenas que, en parte, viven
todavía apartados del mundo y con eso no se cubría toda la
diversificación de la raza humana. El líder del grupo fue el
italiano Luigi Cavalli-Sforza. El reclamo de los científicos llevó
al final a la creación del Human Genome Diversity Project. Este
proyecto comenzó en secreto. Cuando los primeros indígenas —fueron
los Maori de Nueva Zelandia— supieron del Human Genome Diversity
Project le dieron un nuevo nombre: El Proyecto Vampiro.
EL PROYECTO VAMPIRO
Científicos a la caza de los genes de los indígenas
del mundo
Por Claus Biegert
Una tormenta de nieve en el estado de New York me
obliga a ir a vuelta de rueda. Al sur de la ciudad de Syracuse
abandono los USA. Paso una frontera que ningún mapa de carreteras
menciona y sobre la que en Washington casi ningún político quiere
hablar. A pesar de eso, en la carretera interestatal 81, existe un
letrero con letras blancas sobre fondo verde obscuro que señala, a
pesar de la tormenta todavía visible, la frontera del Onondaga
Nation Territory.
Onondaga es el centro político de Iroquoia, la
puerta de entrada de los iroqueses, la misma confederación indígena
que a mitad del siglo XVIII ayudaron a los ingleses a vencer a los
franceses en su guerra de ultramar. Seis naciones conforman esta
alianza: Mohawk, Cayuga, Oneida, Onondaga, Seneca y Tuscarora. Ellos
mismos se nombran „Haudenosaunee“ —hombres de las casas largas.
En medio de Onondaga hay una casa larga, es el lugar de las asambleas
del pueblo, las fiestas y las ceremonias.
Desde hace mucho tiempo Iroquoia está contraída:
comunidades diseminadas por todo el estado de New York y en las
provincias canadienses de Ontario y Quebec es todo lo que queda.
Cuando los jefes de las tribus tienen que reunirse para tomar
decisiones, tienen que viajar a la Casa Larga de Onondaga.
Parecido al pueblo de las Galias de Asterix en el
territorio ocupado por los romanos, el pequeño pueblo de los
Onondaga ha resistido hasta hoy a la Roma del Nuevo Mundo,
Washington, D.C. El poder jurídico de los USA no alcanza a penetrar
en el pequeño mundo de Onondaga.
Todavía es el „Clan de las Madres“, las ancianas
de los diferentes pueblos, las que nombran a los jefes de las tribus.
Desde hace 800 años regula la Gran Ley de la Paz como Constitución
de la vida comunitaria y de las relaciones con la América blanca. En
el siglo XVIII, Benjamin Franklin estudió esta Constitución y vio
en ella un ejemplo para las nuevas colonias.
Aquí me encuentro con Oren Lyons, miembro del
Concejo de los Jefes de Tribu. Lyons es pintor, profesor de Estudios
de los Nativos Americanos en la Universidad de Buffalo y político.
No es común que lo encuentre uno aquí pues su actividad lo conduce
muchas veces al mundo exterior: Moscu, Ginebra, Melbourne y Rio de
Janeiro. De este mundo viene el contenido de nuestra conversación
ese jueves de enero. Oren Lyons está preocupado: el pueblo de los
Onondaga ha caido en el foco del interés científico. El llamado
Human Genome Diversity Project, quiere analizar los genes de los
pueblos amenazados. Una lista ha aparecido con 722 pueblos —Onondaga
es uno de ellos.
Oren Lyons:
„Dejate decir una cosa: cuando tú tienes que leer
que tú perteneces a esos que están condenados a morir, exiges una
explicación a la gente que te ha puesto en esa lista. Nosotros
exigimos una explicación para esa categoría, pero hasta ahora no
nos ha sido posible llegar a saber quienes son los autores. Sin
embargo detras de todo hay un largo proceso, hubo hasta Hearings
en el Congreso de los EU, pero la opinión pública no pudo enterarse
a tiempo de eso. Nosotros queremos saber, para que sirve catalogar
genéticamente a pueblos que están amenazados de muerte, antes de
que desaparezcan definitivamente. Quieren nuestro DNA, quieren
nuestra sangre. Entonces, estamos ante un retroceso en los estudios
antropológicos al siglo XIX. Muestras de sangre, de cabellos, de
piel. Nosotros somos analizados, medidos, catalogizados. Pero ante
todo uno se pregunta ¿por qué es necesario conocer el código
genético de esos 722 pueblos amenazados? y ¿quién ha clasificado a
esos pueblos como amenazados?
Es extraño, en las Naciones Unidas se habla de los
derechos humanos como derechos individuales y casi nunca se discuten
en la ONU los derechos de los pueblos indígenas, sus derechos como
grupos o como naciones. Y, de repente con el Human Genome Diversity
Project tenemos que vernos con grupos, con naciones indígenas, las
cuales como tales son acreditadas. ¿No es extraño de que en un foro
sea bastante difícil el que nos reconozcan a nosotros como naciones
y en el otro foro lo aceptan sin nuestro apremio?
Nosotros debemos actuar y debemos hacerlo ahora, pues
esta es una empresa gigantesca para los antropólogos que buscan
trabajo. Y, de repente, ahí esta este grandioso proyecto que promete
muchisimos empleos. ¡Y cuanto dinero se ha metido en él! Surge,
entonces, la pregunta quienes son los que financian todo esto. Como
nosotros sabemos, los USA estan ya dejando patentar genes. Ellos han
intentado patentar los genes de un ser humano en Panamá. En este
caso específico, Panamá se ha opuesto a ello, lograron que esa
patente fracasara. Pero esta ese hombre de Papua-Nueva Guinea, el que
ya está patentado. Ahora dicen los jueces que las muestras de
tejidos y de sangre fueron modificadas en el laboratorio y por eso ya
no pertenecen más a la persona de la cual fueron tomadas.
Aquí se plantea para nosotros la pregunta de qué
pertenece a quien. Es bastante refinado, decir que tu sangre ya no es
de tu propiedad sólo porque pasó por un proceso en el laboratorio.
Aquí se plantean preguntas éticas primordiales, no preguntas
jurídicas, pues la leyes se han hecho para validar cualquier cosa.
Nosotros no necesitamos ahora de una discusión jurídica sino de una
discusión ética. Esto es una cuestión moral. Cuando estos
principios morales se echen por la borda en el futuro, ¿qué futuro
es el que vamos a tener?
Me acuerdo de un libro que un amigo mio escribió, Jerry
Mander. El libro se llama „In the Absence of the Sacred“, —En
la ausencia de lo sagrado— Después de este título están tres
puntos, continuando, tiene que llamarse: ‘En la ausencia de lo
sagrado..., todo es posible’. Cuando lo sagrado falta, no hay
ningún impedimento más en el camino.“
Yo debería escuchar a todos los pueblos tribales del
mundo, me aconsejó Oren Lyons, el jefe de los Onondaga. Seguí su
consejo y emprendí mi viaje. Me encontré con gente de USA, México,
Colombia, Peru, Hawaii y Las Filipinas. Ellos se llaman Lahe naí
Gay, Alejandro Argumedo, Victoria Tauli-Corpuz.
Lahe naí Gay
„El Proyecto Vampiro no tiene, en una sociedad
humanitaria, derecho a existir. Lo humano es un elemento valioso de
nuestra cultura, pero que a nosotros cada vez se nos pierde más. La
pérdida se efectúa siempre con rapidez. Es inexcusable entrometerse
en las comunidades de los pueblos indígenas y tomar muestras de
sangre para estudios científicos, sin que a los habitantes les esté
claro que pasará con su sangre. Cada ser humano de este planeta,
tiene el derecho a saber que pasa con cada parte que le han quitado
de su cuerpo.
La patentización de los genes de los pueblos indígenas
es —me faltan las palabras— horrible, es imperdonable, es sin
gusto, es obsceno. La identidad genética pertenece al ser humano. Si
hay algo que todavía nos pertenece, es eso.“
Alejandro Argumedo, Aimara (Perú)
„Uno puede denominarlo como una variante moderna de
la esclavitud, quizas incluso como la forma moderna del canibalismo.
En este momento, los pueblos indígenas del mundo son visitados por
una nube de investigadores. Vienen de universidades y empresas
privadas. Aparentemente ellos han descubierto que nuestro aislamiento
puede ser un buen negocio. Esto va desde el Human Genome Diversity
Project hasta el Banco de Genes del US-Army. Pasa alrededor del
mundo: ellos recogen sangre y cabellos y los almacenan en el norte,
para objeto de investigación que se supone servira para toda la
humanidad, según dicen ellos. Pero las muestras terminan como
propiedad privada. Y para eso hay un sistema: por ejemplo el GATT; en
ese tratado hay una clausula sobre comercio y posesión de propiedad
intelectual. También hay un sistema de patentes que permite patentar
secuencias de DNA y genes valiosos. Con esto cae uno en poder de una
empresa. Por eso lo llamo una forma moderna de esclavitud.
Hemos estudiado las leyes, pero no hemos encontrado
ninguna norma que nos proteja. El US-Army colecciona muestras
genéticas alrededor del mundo, ante todo, de aquellos que ellos han
llamado ‘ poblaciones aisladas’. Ellos guardan sus muestras en
Fort Dittrich, el centro de los USA para la guerra biologica
estratégica. Esos materiales son administrados por una empresa de
nombre SAIC, en cuya mesa directiva hay gente que tiene nexos con la
CIA y con el National Defense Council. Entonces, por un lado son los
militares los que cuentan ya con muestras genéticas, y por el otro,
es una institución pública, el National Institute of Health, el que
dispone de estas muestras, y ambos trabajan conjuntamente. Y no hay
una norma que diga: una muestra sólo puede ser utilizada para un
sólo tipo de investigación.“
Lahe naí Gay
„¿Y qué se investiga en el laboratorio? Aquí se
manifesta la vulnerabilidad de esta gente. Eso es un horrendo
potencial del proyecto . ¿Quién está escudado genéticamente
contra enfermedades y quién no?. Se pueden desarrollar incluso
venenos invisibles, los que se podrían aplicar a determinados grupos
humanos que representen un problema para el desarrollo económico.
Estos grupos problema no se pueden desalojar, costaría muchisimo.
Entonces, puesto que ese grupo está catalogado genéticamente, se
hará por un nuevo camino. Uno sabe que el gene 246 y el gene 347 son
delicados en contra de ciertos venenos. Este grupo problema tiene
esos genes y luego se dirá que ha muerto a causa de una epidemia
desconocida.“
Victoria Tauli-Corpuz. Kankanaey-Igorot (Filipinas)
„Es como si quisieran sacar la vida de los pueblos
indígenas. Hace tres años vinieron y querían los genes de los
Aitas, uno de los grupos indígenas de Filipinas. HoffmanLaRoche oyó
de un doctor en Aloha, Hawaii, el cual quería ir con una brigada
médica a la región donde hubo una explosión volcánica,
exactamente la región en donde los Aitas viven. HoffmanLaRoche quiso
saber si podía enviar a unos científicos acompañando a la brigada
médica y de esta manera obtener material genético de los Aitas.
Nosotros tuvimos suerte, el médico en Hawaii que recibió la
petición es un amigo nuestro y nos envió una copia de la petición.
Para mi fue el colmo de la insensibilidad. Hay científicos que van a
una zona de desastre y coleccionan genes, escondidos bajo el manto de
la ayuda médica. En medio de una catástrofe los damnificados son
capaces de aceptar cualquier cosa con tal de sobrevivir.
Mi pueblo, los Igorot, está también en la lista de más
de 700 pueblos de los cuales se colecciona su material genético“
La protesta contra la toma de sangre sin el pleno
conocimiento, aunado a la posibilidad de que más adelante se patente
el gene, dejan crecer la resistencia de los pueblos autóctonos en
todo el mundo. Aparte de eso, está presente también un temor: el
temor a que el proyecto de investigación Human Genome Project junto
con su vástago el Human Genome Diversity Project puedan, con el
progresivo desarrollo en la biología molecular, llevar al
resurgimiento de la eugenesia.
Mientras hacia mi indagación, buscaba en los
reportajes impresos oficiales algo acerca del proyecto vampiro. No
encontré nada. Lo que encontré, fue siempre en pequeñas
publicaciónes y proviene de la pluma de algún activista indígena o
de algún científico crítico, con una excepción: el canal de
televisión británico „Chanel 4“ dió un encargo de realizar un
documental. La película „Gene Hunters“ no tiene hasta ahora
igual. Los que la hicieron, acompañaron a un equipo de médicos y
bioquímicos que fueron en busca de los grupos tribales más
recónditos de la selva colombiana. En las Naciones Unidas en Ginebra
me encuentro con el productor del documental, Luke Holland. De „Gene
Hunters“ provienen las siguientes citas de científicos.
Dr. Janielle Noble es colaboradora de la
transnacional farmaceutica HoffmanLaRoche cuya filial es el
laboratorio de investigación Roche Molecular Systems. Ella estuvo en
la expedición a la selva colombiana que fue acompañada por el
equipo de filmación.
Dr.Janielle Noble, Roche Molecular Systems Inc.,
California
„Yo pienso que el Human Genome
Diversity Project es altamente invaluable. Nosotros tenemos que tener
acceso a esas muestras para poder examinarlas, para poder determinar
como se desarrollaron los genes de las poblaciones aisladas. Nosotros
lo tenemos que hacer mientras esten todavía más o menos aislados.
Nosotros podemos, con pueblos como este que todavía no se han
mezclado, llegar a tener conocimientos, los cuales podríamos
utilizar en nuestras sociedades mestizas.
En base a nuestro trabajo con colombianos, es que
tenemos el acceso a muestras que se recolectaron en Colombia. Con
esto estamos nosotros en la posibilidad de dar una valiosisima
contribución al Human Genome Diversity Project. El beneficio que
obtienen los pueblos, es el que pueden aprovechar el que nosotros
venimos aca con un equipo médico y podemos dar consultas; muchas
veces acompaña a la expedición también un dentista, con esto
podemos ofrecer consultas a las cuales, de otra forma, no tendrían
acceso.
No tiene ningún sentido aclararles lo que nosotros
hacemos con el DNA, pues no lo entenderían. Pero yo pienso que sí
lo entienden tan bien como ellos pueden, luego darán su
consentimiento. Mi lado idealista como científica me dice que todo
esto está pasando para el bien de la humanidad.
Esas muestras de sangre de Colombia son una mina de oro,
sin ellas no tendriamos la posibilidad de hacer esas
investigaciones.“
Mientras los científicos siguen a su ciencia,
tanto las transnacionales farmaceuticas como el National Institute of
Health se interesan por las patentes. Una de las víctimas más
renombradas de la patentización es el americano John Moore. El tenía
en los años 70’s leucemia y fue curado. Para su médico, fue una
buena razón reservarse algo del tejido de su bazo y observar la
estructura genética de Moore bajo el microscopio.
Cuando el médico presentó su solicitud de patente,
se abrió de pronto el secreto y Moore presentó una demanda
judicial. El tribunal superior de justicia de California le
proporcionó un gran resarcimiento económico en 1990 pero por lo
demás permaneció duro: sus células no son más de su pertenencia
desde el momento en que ya no forman parte de su cuerpo. Una
sentencia, que como ninguna otra, influyó en el rumbo de las cosas.
John Moore se hubiese seguramente callado si no hubiera en Canada la
„Rural Advancement Foundation International“ RAFI. Los fundadores
del RAFI son Pat Mooney y su colega Cary Fowler ambos galardonados
con el premio Nobel alternativo. En los años 80’s descubrieron los
métodos de las transnacionales de granos, las cuales
sistematicamente destruyeron clases de granos locales y economías
rurales en todo el mundo. RAFI proporciona ahora, a todos los
pequeños pueblos, información acerca de las técnicas genéticas,
sobre todo a traves de internet. Yo hablé en Carolina del Norte con
Edward Hammond, el director de la oficina de la RAFI en los USA.
Edward Hammond, RAFI
„Hemos logrado darle una perspectiva de dólar a
todo: 428 millones de dólares es actualmente el ingreso anual de las
muestras humanas. Nos enfrentamos a una industria que está pensada
para expanderse, según cálculos de expertos, en el órden de 13% al
año. Al comienzo del próximo siglo, tendrá un ingreso de mil
millones de dólares al año. Tan pronto como esta industria de
partes del cuerpo y organos humanos deje de ‘gatear’, tendrá,
según los expertos, un ingreso de 80 mil millones de dólares.
Entonces, nosotros nos estamos enfrentando a mucho dinero cuando
observamos la patentización y el comercio mundial de partes del
cuerpo humano.
Otro de los factores inquietantes es la fusión de la
industria privada con la militar. Científicos de ambos lados
coleccionan e investigan muestras humanas conjuntamente. Nosotros
hemos descubierto que una empresa del Ministerio de la Defensa de los
USA, la Science Application International, se ha especializado en la
colección de material genético y que también trabaja para el
Ministerio de Salud de los USA. La empresa también desarrolla
métodos para la secuencia genética.“
Confirman lo anterior dos personajes de nuestro
tiempo, ellos saben de donde y hacia donde soplan los vientos del
mundo financiero: Bill Gates y Paul Allen, los fundadores de
Microsoft. En 1994 invirtieron 10 millones de dólares en la empresa
de técnicas genéticas Darwin Molecular Technologies Inc.
Tiene absolutamente algo de conspirativo el que me
encuentre con el Dr. Tony Socci en el restaurant del hotel „Vier
Jahreszeiten“ en Washington. El propuso este lugar. Para él es muy
importante no ser molestado, pues Tony Socci trabaja para el gobierno
de los USA: el pertenece al „US Global Change Research Program“,
un grupo que aconseja al presidente en cuestiones ecológicas. Con el
Human Genome Diversity Project no tenía nada que ver, hasta que
conoció al jefe de los Onondaga, Oren Lyon. El Dr. Socci indagó, en
base a su indignación personal y se encontró con preguntas, las
cuales, como él dice, esperan una respuesta. Desde entonces tiene él
algo que ver con el Human Genome Diversity Project.
Tony Socci, Washington
„Tomemos, para comparar, la Convención Mundial
sobre Clima, en donde un determinado número de Estados trabajan
conjuntamente en un tratado internacional sobre el cambio climático
y la reducción global de la utilización de gases FCKW. Sí en un
proceso de este tipo, a los críticos de la política climatológica
se les dejara fuera, toda esta empresa se descarrlilaría y duraría
decenas de años iniciar un nuevo proceso que tuviese el necesario
apoyo y confianza.
La falta de cooperación, la falta de invitación a
participar, toda la forma como fue echado a andar el proyecto es para
mi colonialista. Puedo ver claramente por qué, de los círculos de
los pueblos indígenas, se les acusa de colonialistas. Los
colaboradores intentan conseguir muestras de aquellos quienes estan
amenazados de desaparecer antes de que esto suceda. Yo,
personalmente, tengo con eso un problema ético. Es interesante el
que los antropólogos se hayan impuesto como meta de su eje de
trabajo el rescatar material genético de los pueblos indígenas pero
no hacen nada para rescatar la cultura misma.
En realidad, no tenía planeado viajar a Los Alamos.
Aquí, en el Centro de Investigación Atómica de los USA fueron
desarrolladas, en los años 40, las bombas que más tarde destruyeron
las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki. En Santa Fe me
encontré con Greg Mello.
Por encargo de la oficina de protección ambiental
del gobierno de New Mexico, vino, en los años 70’s a Los Alamos,
el ingeniero hidráulico Greg Mello. Después de que Mello, no sin la
resistencia de los científicos, echara un ojo alrededor del
gigantesco laboratorio de Los Alamos y reconociera la contaminación,
cambio de trinchera. Hoy dirige al „Los Alamos Study Group“, una
ONG en Santa Fe que informa regularmente lo que pasa en Los Alamos,
pero que es callada por los medios de información. Los Alamos
depende actualmente del Ministerio de Energía y se preocupa por los
genes humanos.
Greg Mello, Santa Fe
El escéptico se tiene que plantear la pregunta ¿por
qué precisamente Los Alamos? ¿Por qué no lo hacen todo en algún
lugar público, en una universidad, por ejemplo? ¿Es la capacidad de
la computadora? Pero la computadora de Los Alamos puede ser empleada
también desde afuera. Queda, entonces, la pregunta ¿qué relación
guarda el Human Genome Project con respecto a la clasificación de
información que llevan a cabo en Los Alamos? Con toda seguridad
cambiarán, en el futuro, los métodos de conducción de guerra, un
cambio que ya está en marcha. En los USA tiene ese cambio incluso un
nombre: „Revolution in Military Affairs“ RMI. Bajo este programa
es que se desarrollan nuevos sistemas de armamentos, los cuales a
primera vista no se reconocen como tales sino más bien tienen el
aspecto de software científico.
Yo en lo personal estoy más preocupado por el valor de
utilidad que comienza a manifestarse alrededor de la técnica
genética: en la industria nuclear hay diversas tareas con las cuales
es imposible no contaminarse radioactivamente, por ejemplo los
trabajos de soldadura en un reactor defectuoso. En toda la ciudad de
New York y de New Jersey, puede llegar a suceder que los soldadores
profesionales no puedan ya ir a reparar el reactor porque han
recibido el máximo de radiación permitido. Sería de mucha utilidad
el disponer de personas que muestren una cierta resistencia a las
radiaciones. En este sentido ya se han llevado a cabo pruebas.
Después de la plática con Greg Mello, fue claro
hacia donde debía dirigirme en mi viaje. En Los Alamos me encontré
con Gary Klever. Gary Klever es un joven reportero científico y uno
de las 15 „public relations authority“ del laboratorio atómico.
Nos quedamos de ver en el „Science Museum“. Al entrar al museo no
podía creer lo que veían mis propios ojos: en letras gigantescas
lei „The Human Genom Project“ y „Life Sciences“. En 1995,
cuando se festejaron aqui los 50 años de la era atómica no había
ningún indicio de colaboración con el Human Genome Project. ¿Han
cambiado las metas de las investigaciones? ¿Se ha cambiado de los
armamentos a los genes?
Gary Klever, Los Alamos
„¿Por qué Los Alamos? Los Alamos estuvo siempre
contaminado por radioactividad. Simplemente por el orígen de su
función. Y, bueno, la radioactividad causa fuertes transformaciones
a nivel molecular, entonces fue una consecuencia lógica el que Los
Alamos se dedique ahora a la investigación de los genes humanos.
Cuando alguien piensa en nosotros, es automáticamente
en el desarrollo de armamento, y es cierto: Livermore y Los Alamos
son los laboratorios líderes de los USA en desarrollo de armamento.
No se puede echar de menos una cierta ironía, el que nosotros, como
expertos en armamento, colaboremos precisamente en el Human Genome
Project, pero las premisas de investigación tienen en ambos casos el
mismo estado natal, condicionados por el uso de una super
computadora, luego los mejores científicos del mundo y por último
los mismos métodos. Todos los laboratorios del Ministerio de Energía
sirvieron, en el pasado, para más que sólo investigaciones sobre
armamento.
Hacia Los Alamos no hay desvíos, igual de que
disciplina científica se trate, todo pasa por ahí.
De regreso en Europa. Aquí me encontraré, por
fin, con Luigi Cavalli-Sforza, con él nunca pude entrevistarme en
los USA. El padre intelectual del Human Genome Diversity Project va y
viene entre Italia y California. En Milano, me abre la puerta un
investigador de cabellos blancos. El profesor Cavalli-Sforza responde
a la imagen de un científico de laboratorio, aún cuando no lleve
puesta su respectiva bata, que me invita a tomar un espresso en la
sala de su casa. Este es, entonces, el hombre malo, el cazador de
genes, cuyo nombre en el mundo de las tribus indígenas sólo se
pronuncia con desprecio. El padre del proyecto vampiro. Cuando
menciono a RAFI monta en cólera, en el fundador de la organización,
Pat Mooney, ve casi a un enemigo personal o, en el mejor de los
casos, a un enemigo de la ciencia. Y el profesor Cavalli-Sforza es un
científico en cada una de sus células, las patentes no son su
inspiración. A él le interesa la migración de los pueblos, los
caminos que han escogido las distintas especies humanas en su
expansión sobre el planeta. Estas investigaciones le han dado un
renombre: el puede comprobar que el racismo no tiene ninguna base
genética, puesto que sólo hay una raza y se llama ser humano. Sus
trabajos han dejado al descubierto que una diferencia genética puede
ser mayor entre ingleses a una diferencia entre un escoces y un
japones.
Yo le cuento a Luigi Cavalli-Sforza de mis pláticas
con sus contrarios y menciono sus argumentos. No es la primera vez
que él lo oye
Profesor Luigi Cavalli-Sforza
„Pueblos indígenas son pueblos del mundo. Nosotros
tampoco le preguntamos al europeo como grupo si están o no de
acuerdo en participar en una investigación científica. Es imposible
buscar a todos los pueblos del mundo. A pesar de eso hemos llevado a
cabo un intento. Hubo una reunión en Guatemala, donde a nuestro
representante no se le dejó hablar, pues los representantes
indígenas se comportaron muy incivilizadamente. Fue una reunión que
la ONU preparó, pero los pueblos indígenas son por naturaleza muy
desorganizados y no pueden ponerse de acuerdo en cuanto a sus
representantes. ¿Qué traería si los buscasemos? Nos tratarían
exactamente igual como en aquella ocasión en Guatemala, no nos
dejarían hablar y así no podríamos aclarar las cosas. Nos dirían
las mismas mentiras que les contó RAFI. RAFI les ha llenado la
cabeza de mentiras. Nosotros no tenemos la necesidad de consultar a
las organizaciones indígenas.
Naturalmente es posible que se llegue al mal uso, pero
¿puede alguien protegerse de eso? ¿Puede uno impedir que el
resultado de su trabajo sea mal empleado por otros? De todas maneras
nosotros hacemos todo para impedir eso. Nosotros insistimos
sobretodo, en que las personas se dejen tomar las muestras y eso se
hace en nombre de un gobierno o para conseguir metas comerciales. Con
los grupos que se dejan tomar muestras, tenemos que celebrar un
contrato en el cual está estipulado que una parte de las ganancias
les corresponden. Lo que dificulta las cosas es muchas veces la
corrupción de los gobiernos. Medicamentos que llegan gratis a los
países subdesarrollados, son muchas veces confiscados por los
políticos y luego vendidos. Yo se que eso pasa y pasará siempre.
Uno tiene que ser realista y conocer los verdaderos
peligros del mal uso. Estamos nosotros ante una gran exageración. Yo
sospecho que los que están en contra del Human Genome Diversity
Project utilizan su dinero primordialmente para poder darse a
conocer. RAFI es la única organización que pone todo para prevenir
a los pueblos de nosotros. Ellos dicen que nosotros buscamos 722
pueblos para nuestra investigación. Yo se que ese anuncio fue puesto
en el mundo por el RAFI. Esa lista de los 722 pueblos nos da una
semblanza sobre cada pueblo que podría ser elegido para la
investigación. La idea fue la siguiente: suponiendo que nosotros
tuvieramos el dinero, buscar 500 grupos, ¿a cual de ellos vamos? Esa
fue la pregunta. Luego ya no fueron 500 sino 722. En principio es
risible, pues yo puedo encontrarme con representantes de la mayoría
de los pueblos en otra parte. Sólo en San Francisco encuentra uno
miembros de la mayoría de los pueblos. Nosotros hemos ya investigado
muchas etnias en San Francisco. Pigmeos no hay naturalmente para eso
hay que ir al Africa. A los filipinos me gustaría estudiar mejor en
su país, pero también se puede en San Francisco. Sí esos hombres
en las Filipinas no quieren, ¿qué puedo yo hacer?“
„Ninguna patente de por vida“ se llama una
iniciativa ciudadana en Munich. Su fundador es el médico veterinario
y político del Partido Verde Dr. Christoph Then. El participa en un
movimiento a nivel europeo, que se opone a una decisión que se
vislumbra ya como sombra en el horizonte de la Unión Europea. En el
proceso globalizador, se tiene previsto que el derecho de patentes
europeo permitirá también la patentización de granos, animales y
genes humanos. Mientras que en los USA, desde hace mucho tiempo se
puede patentar sin tener que presentar un instructivo para el uso de
la patente, aquí en Europa la oficina de Patentes exige eso, un
instructivo. Aún si la Oficina de Patentes en el futuro seguiría
pidiendo el instructivo, visto desde el punto global no tendría
ninguna diferencia con los USA., pues un instructivo no dice si el
plan funciona en la realidad: por ejemplo ¿los genes responsables de
la partición celular llevan en realidad a una terapia de cáncer? En
última instancia el instructivo no es otra cosa más que un texto en
donde se le da la propiedad del gene al requiriente. Encontrado es
inventado, dicen ellos y los que lo dicen tienen el poder. Christoph
Then y sus amigos no tendrán calma por mucho tiempo.
Christoph Then
„Un ejemplo que muestra lo poco que tiene que ver
una patente con una invención, es una patente que fue otorgada hace
poco, en 1995. Se trata de la sangre que se tomó de los cordones
umbilicales de recien nacidos, de bebés. Aquí no motiva la petición
de patente otra cosa, más que el demostrar como uno puede tomar las
muestras de sangre del cordón umbilical y como puede uno
refrigerarlas. Y esa toma de sangre y su refrigeración hacen de esas
células, de esas células sanguíneas, una invención de la empresa,
las cuales serán utilizadas para diferentes procesos terapéuticos.
En base a ese sencillo manipuleo técnico han extendido una patente.
La patente cubre la refrigeración de las células y las células
mismas. Las células sanguineas que fueron tomadas a un recien nacido
estan, en este contexto, ‘protegidas’ por una patente.“
En Alemania no resulta sencillo encontrarse con
personas que están a favor del Human Genome Diversity Project. Un
colaborador del proyecto de Munich, el genético Svante Pääbo, está
muy ocupado para dar una entrevista. Después de 8 meses de buscarlo
me dí por vencido. En la Oficina de Patentes Europea tiene uno
dificultades para encontrar a la persona correcta, pero de ahí me
enviaron al Instituto Max-Planck sobre Derechos de Patente. Ahí está
el Profesor Josef Straus, el cual está de acuerdo en una entrevista.
En su oficina de Munich-Bogenhausen, le platico de mis pesquisas.
Cuando menciono el nombre de RAFI, la reacción no es otra que en
Milano con Cavalli-Sforza. RAFI es un paño rojo. Cito a diferentes
representantes indígenas y sus acusaciones sobre colonialismo y
robo, el profesor Straus no comparte eso.
La patentización no es, en ojos del profesor Straus,
un abuso sino una protección.
Prof. Dr. Josef Straus
„Yo estoy a favor de que los derechos comerciales
de estos pueblos indígenas sean protegidos. Que en la vida, como en
todo, pueda llegar a abusarse en este campo, no está descartado,
pero no puede usted restringirlo sólo a este campo. Uno debe
reconocer desde el campo del interes general, que hay poca población
autóctona, así como que hay poca diversidad genética, entonces, es
un interes común de la humanidad rescatar lo más que se pueda y
conservarlo para las generaciones futuras, pero también, sacar
utilidad —es en interés de la humanidad— me refiero a
secuencias de DNA o una especial cualidad genética que posiblemente
se encuentre en algún grupo autóctono. Y no sólo ahora ayudar a la
ganancia de la empresa Merck o Bayer Leverkusen o Smith Klein
Beecham. Pues ellas sacan esa ganancia sólo si sacan al mercado algo
razonable. Y sacar algo razonable es, cuando con ayuda de ese HTLV,
el cual se encontró con los Hagaii de Papua-Nueva Guinea, se puede
producir un medicamento contra el sida o alguna otra enfermedad,
cuando uno ha pagado, cuando el grupo no pierde nada, pues no se
talan los bosques, no se pierde absolutamente nada, es como cuando
usted dona sangre, no pierde nada, luego entonces, cada quien gana.
Uno solo tiene que poner atención, el que no sólo uno
gane y los otros , los que son la fuente de eso, no ganen. Pero no
por eso van a desaparecer, esto no tiene nada que ver; probablemente
es un chance, no quiero decir con esto que uno los multiplicará, eso
es absolutamente absurdo, pero quizas entre nosotros reconoceríamos
la importancia de esa diversidad y el que ambos puedan sacar utilidad
de eso.“
¿Qué le queda al reportero después de la
pesquisa? El se siente sin poder, pues el sólo puede documentar. El
documenta la grieta entre las culturas y ve como los caminos de ambas
sociedades se distancían. Una sociedad de ganancia globalizada no
puede hacer ningún compromiso, pues entonces estaría en contra de
su meta de máximas ganancias. Las sociedades tribales apuestan a la
preservación en lugar de al desarrollo de nuevos mercados.
Procedimientos duraderos en el trato de los recursos naturales de
este planeta y respeto a toda forma de vida, deben permanecer como
ilusión en una civilización cuyo fundamento es el continuo
crecimiento. La sociedad de consumo rehusa un pensamiento de largo
plazo y con eso prepara su propio fin.
Una sociedad en la cual la vida es sagrada, no puede
anteponerse a una sociedad en la que se patenta la vida. Robo, asalto
y esclavitud dicen unos, No nos llevamos absolutamente nada, dicen
los otros. La sociedad de patentes decide el curso de las cosas; no
porque tenga mejores argumentos, sino porque tiene el poder. Tiene el
poder pero rechaza la responsabilidad de quien tiene el poder.
A la irresponsabilidad se le ancla en las leyes. Bajo
observancia pública hay en este momento un acuerdo en el que se
declara todo el planeta como zona de libre producción. Se llama MAI
„Multilateral Agreement on Investment“ y que los 29 países
miembros de la OCDE firman como responsables, lidereados por los USA,
en las reuniones de París. Este contrato de inversiones secretas
contiene, en un primer borrador, clausulas que protegen a las
compañias transnacionales en caso de ser llamadas a rendir cuentas
por los gobiernos, cuando ellas violen las leyes laborales, del medio
ambiente y derechos humanos en un país firmante, mientras no haya
una violación directa en contra del derecho internacional.
Los pueblos pequeños, mientras
tanto, siguen sin tener una aplicación jurídica y ninguna
convención de la ONU los protege. ¿Qué
dijo Oren Lyon al comienzo de mi viaje? „In the absence of the
sacred - anything goes“.
La última palabra la tiene Lahe naí Gay de Hawaii.
Lahe naí Gay
„Nosotros no podemos culpar a nadie. Todos nosotros
somos responsables. Nos han hecho tan dependientes que nos hemos
olvidado de quienes somos. Debemos reconocer hasta que grado hemos
tolerado para que las cosas se hayan desarrollado así. Pero lo que
hicimos se puede deshacer y de nuevo crear y será de una manera en
que la vida valga. Este nuevo camino lo podemos entonces andar y
respirar profundamente como criaturas humanas con conciencia. Pues,
tan pronto perdamos nuestra naturaleza humana, desaparece también la
conciencia y cuando nosotros hayamos perdido nuestra conciencia
perderemos también nuestro conocimiento. Algún día despertaremos y
nos sorprenderemos de lo que pasó, pero cuando esto suceda será
demasiado tarde y no sabremos más donde esta el camino.“
Titulo original :
„Das Vampir Project“ publicado en Schwarze Faden del mes de marzo
de 1998 ©.