Luis Javier Garrido
La pretensión de la ultraderecha yunquista por conservar el control del aparato estatal tras el 2012 está llevando al país a un desastre cada vez mayor.
1. La obsesión de Felipe Calderón y de su grupo de allegados por alcanzar el poder los llevó a aceptar en 2006 la tesis estadunidense de la militarización de México y la falsa “guerra contra el narco” delineada por la Iniciativa Mérida, y lo que ahora es una obsesión delirante por acabar históricamente con el PRI, imponerse en las elecciones, y aquerenciarse en Los Pinos en el 2012 los está llevando a una serie de acciones desquiciadas que pretenden alcanzar el respaldo de Washington pero que lejos de ello están hundiendo cada vez más al país.
2. La “guerra contra el narco” le ha permitido hasta ahora al grupo de Felipe Calderón someter por el miedo a amplios sectores de mexicanos atemorizados por los miles de inocentes asesinados por fuerzas oficiales y paramilitares del gobierno y, al mismo tiempo, crear una cortina de humo para encubrir la entrega del sector energético a trasnacionales a las que se hallan vinculados él y sus amigos, y delegar funciones del Estado mexicano a agencias gubernamentales estadunidenses. Ésta no le garantiza sin embargo que pueda imponer a su sucesor, ni siquiera por la campaña de miedo que lleva a cabo en Estados Unidos pregonando que sólo los panistas, por su servilismo, pueden satisfacer las ambiciones de Washington y ahondar el escenario de violencia en nuestro país.
3. En los cuatro años y medio que van hasta ahora del sexenio perdido de Felipe Calderón hemos visto un manejo faccioso de las políticas gubernamentales, pero también de los medios entregados a hacer de manera abierta la propaganda presidencial, a instrumentar las campañas negras de Los Pinos y a engañar con cifras falsas sobre el desempeño oficial, negándole así a los mexicanos el derecho a la información, y todo hace ver que estas políticas van a extremarse al acercarse 2012, sin que esto les reditúe a quienes usufructúan el poder.
4. La guerra sucia en los medios contra Andrés Manuel López Obrador, continuada desde el 2006, y que ahora busca hacerla extensiva al PRI y al gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto, no le garantizará a todas luces a Calderón poder imponer a un delfín azul en Los Pinos, pues el repudio nacional a los panistas es muy grande por las tropelías cometidas y su ineptitud en el ejercicio del poder. La única forma en que el Presidente de facto y los yunquistas podrían aspirar a colocar a un incondicional suyo en la silla presidencial sería por consiguiente la de intensificar las maniobras para impedir que Andrés Manuel sea candidato, lo que han venido haciendo en los últimos meses los operadores de Los Pinos impulsando a Marcelo Ebrard, empresa en la que hasta ahora han fracasado, pero también tratando de impedir que Enrique Peña Nieto sea el abanderado del PRI, lo que es la obsesión enfermiza actual de los jefes panistas, que buscan sea sustituido por un candidato débil como el de 2006, y que no oculte que está dispuesto a perder para que los panistas-yunquistas sigan en el poder.
5. A la ultraderecha no le basta para imponerse en 2012 tener el control del aparato estatal y de los recursos públicos o de los medios, y ni siquiera agandallarse el IFE y el Tribunal Electoral, como lo están buscando hacer este año en sendas maniobras: requieren después de su desastre en estos años el que no haya una contienda real. La única forma en que los panistas podrían prevalecer sería en el escenario que ellos buscan crear para 2012 y que describen con sus actos, impidiendo que haya una elección real y todo se negocie previamente con el aval de Washington: sin que haya un candidato de izquierda y con el PRI con un candidato descalificado de antemano y que acepte servir como comparsa asumiendo que los priístas deben replegarse a los enclaves locales.
6. El discurso de Stanford, durante la inauguración de cursos en esa universidad el 12 de junio, en la que para vergüenza de la misma se le invitó a pesar de las protestas estudiantiles, lo hizo actuando como jefe de una facción y no como jefe de Estado, buscando al hacer del tema del mismo nada menos que una descalificación histórica de los regímenes del PRI con brocha gorda, plagada de mentiras e inexactitudes, pretendiendo concitarse así el respaldo de la clase política de Washington y de los medios de ese país, como pelele que ha aceptado ser de las políticas estadunidenses, soñando con poder así tener su aval para imponer por los medios que sea al PAN en 2012, pero fracasó en ese intento, como era de esperarse, no sólo porque un personaje como él, que llegó al cargo por un megafraude electoral no tiene autoridad moral, o porque su gobierno ha sido más corrupto, antidemocrático y venal que cualquiera del PRI, sino porque con su guerra contra el pueblo de México ha llevado a un desastre institucional y a la muerte de miles de mexicanos: como se lo recordó la manta desplegada ahí por una avioneta: "40 000 dead. How many more?"
7. La desastrosa intentona de Los Pinos por encarcelar a Jorge Hank Rhon, a fin de intensificar la campaña mediática contra el PRI, tras un operativo torpe en el que se violó el orden constitucional del país (4 de junio), no logró más que poner en ridículo a las fuerzas armadas (calificadas de mentirosas por una juez) y exhibir la ineptitud y corrupción de su propio gobierno y del gobierno panista de Baja California, a lo que ahora se agrega otro elemento que hunde más a los blanquiazules: la descalificación que están haciendo desde la PGR y Los Pinos del sistema judicial de México, tras la puesta en libertad del turbulento político-empresario (14 de junio). En los cuatro años de Calderón, el Ejecutivo espurio ha descalificado como nunca al Poder Legislativo y ahora la emprende contra el Judicial, al que están descalificando con vehemencia.
8. La pregunta surge entonces de manera obligada: ¿no podría el gobierno actual verse en un espejo antes de seguir deturpando, como lo ha hecho, al pueblo, a la Constitución y ahora a las instituciones?
9. La liberación de Hank fue consecuencia de la ineptitud de la PGR para formularle una acusación creíble y cualquier juez lo tendría que haber puesto en libertad, no obstante lo cual ante el escándalo que crecía Felipe Calderón al parecer negoció con los priístas su libertad a cambio de que acepten que el Congreso discuta el paquete de leyes que no ha aprobado esencialmente porque son leyes contra los intereses del pueblo mexicano y de la nación: la contrarreforma laboral, la contrarreforma electoral y la fascista legislación en materia de seguridad.
10. El escenario que se presenta para los próximos meses no podría, por lo mismo, ser más oscuro: el gobierno panista va a buscar incrementar la violencia con su “guerra contra el narco” y al mismo tiempo actuar de la manera más antidemocrática para imponerse en 2012, y es por ello que son cada vez más los mexicanos que le dicen: "¡Ya basta!"
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