Se habla de una crisis energética, pues los combustibles fósiles siguen siendo los más utilizados y tienden a agotarse. No es casual el embate militar de Estados Unidos contra el Medio Oriente, región rica en petróleo. Tampoco es coincidencia que los organismos internacionales estén presionando a México para que privatice el petróleo.
El riesgo no sólo está en la privatización de Petróleos Mexicanos (PEMEX), sino del petróleo en sí; es decir, la propuesta zedillista, luego foxista y ahora calderonista, consisten no en vender los activos de PEMEX, sino más bien en privatizar los hidrocarburos. PEMEX se quedaría con los pozos que ya tiene hasta secarlos y el capital extranjero explotaría los nuevos pozos. El alegato es que el Estado no tiene recursos para explotar los nuevos yacimientos y el gas natural.
Es cierto que el petróleo no entró, directamente, en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), pero fue porque la Constitución da facultad exclusiva al Estado mexicano en este rubro. Es decir, si se hicieran los cambios constitucionales que proponen desde el Partido Acción Nacional (PAN), el petróleo y la electricidad entrarían en el rango de inversión extranjera, el Capítulo XI del acuerdo señalado.
Este tratado no sólo da grandes libertades y garantías a la inversión extranjera, sino que abre la posibilidad de que los desacuerdos entre el gobierno mexicano y los inversionistas extranjeros se litiguen fuera del territorio nacional, en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias de Inversiones (Ciadi), perteneciente al Banco Mundial.
La doctora Sonia Rodríguez Jiménez, especialista en derecho internacional del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) explica: “En el momento que tú otorgas una concesión a nivel internacional a un nacional de otro Estado y ese capital viene a un Estado receptor que no es de su nacionalidad; en ése estamos hablando de inversión extranjera, en ese momento si el nacional es parte del convenio de Washington o es parte del Tratado de Libre Comercio de América del Norte podríamos acceder al Ciadi”.
La propuesta que se piensa rescatar dice que el Estado conservaría la rectoría, aun con la inversión privada en petróleo. Sin embargo, con las libertades que da el TLCAN y trasladando los litigios fuera del territorial nacional, a mí me parece que sí se estaría perdiendo la rectoría y al exponerle mi opinión a la jurista responde: “Claro, lo que estamos haciendo es camuflajear una posibilidad de inversión extranjera en lo que ahora está reservado. En el momento en que tú liberalices eso y permitas la inversión extrajera, en cuanto tú le cambies las condiciones contractuales, seguro que te demandan, y conociendo a México seguro va a pasar”.
Explica lo que sucedería al cambiar la Constitución: “Posiblemente habría una licitación internacional y se fijan unas condiciones, en el momento en que México se mueva tantito para la derecha en las condiciones inicialmente pactadas en el contrato, el inversor te demanda”. Rodríguez Jiménez refiere que México prácticamente ha perdido todos los juicios ante el Ciadi, precisamente por concesiones mal hechas.
Por su parte, el arquitecto Mario Galicia Yépez, secretario general de la Unión Nacional de Trabajadores de Confianza de la Industria Petrolera de México, afirma: PEMEX no requiere inversión privada, pues hay plantas que trabajan entre el 50 y el 80% de su capacidad y se les puede hacer trabajar al 100%.
“No tenemos gas ni para el consumo interno y ya ofrecieron venderlo a Estados Unidos”, denuncia. También como parte de la presión se han creado plantas que generan electricidad con gas, lo cual es muy costoso y aumenta el déficit.
“Piensan privatizar el petróleo y convertir a PEMEX en una empresa administradora de contratos. Las utilidades se las van a llevar los extranjeros”, agrega molesto. Asegura que se ha despedido a más de 5 mil técnicos de la paraestatal para dar la imagen de que no hay personal calificado.
Llama la atención que una muy buena parte de los recursos de PEMEX son invertidos en exploración, al mismo tiempo que los funcionarios dicen carecer de recursos para extraer el petróleo ya localizado o explotar el gas natural que en gran medida se quema. Galicia Yépez considera que ello se debe a la misma táctica de quebrar a PEMEX, además asegura que ahí hay negocios sucios.
John Saxe-Fernández, especialista en energéticos del Centro de Investigaciones Multidisciplinarias, opina: “El esquema privatizador está implantado prácticamente del Banco Mundial de principios de los 80 a la fecha y se ha venido aplicando. Parte del acuerdo central de continuidad entre Fox y el presidente de facto Felipe Calderón tiene como eje central la profundización de la entrega de la renta petrolera a empresas extranjeras”.
Acota: “Siempre los privatizadores se cuidan del lenguaje, porque no quieren provocar una reacción en la opinión pública de corte nacionalista. Ellos plantean siempre que el petróleo sigue siendo propiedad de la nación; pero el negocio del petróleo no es el petróleo en el subsuelo, el negocio del petróleo es una vez extraído del subsuelo, y ellos lo que quieren es el negocio y esa es la idea central”.
La paraestatal está endeudada, básicamente en Proyectos de Inversión en Infraestructura Productiva de Impacto Diferido y Registro en el Gasto Público (Piridegas) que se han multiplicado esencialmente en los últimos años. Cabe mencionar que dichos instrumentos son endeudamiento que no pasan por el Congreso y según la ley deben ser aplicados específicamente a proyectos que generen los recursos para pagarlos. El hecho de que haya un problema en cuanto a su monto hace pensar que algo no se hizo bien.
Saxe-Fernández considera que los Piridegas son otra estrategia para quebrar a PEMEX: “Lo que se hace primero que todo es someter a PEMEX a una brutal agresión fiscal que puede llegar al 165% del valor de todas las exportaciones de la empresa. Ninguna empresa en el mundo es sometida por su gobierno a tal ataque fiscal. La idea central es inducir un estado de déficit crónico de Petróleos Mexicanos y eso es lo que han venido haciendo, lo hace el aparato estadounidense por la vía del Banco Mundial desde instituciones como la Secretaria de Hacienda”.
Mario Galicia Yépez también piensa que los Piridegas son una forma de reventar las finanzas petroleras y asegura que no son necesarios, siempre y cuando conserve un poco más de sus recursos la paraestatal, que hoy se reducen al 30%. Incluso afirma que Unión Nacional de Trabajadores de Confianza de la Industria Petrolera de México ha presentado proyectos para sacar adelante la empresa, dándole 10 por ciento más de presupuesto y una administración limpia. Por ejemplo, con 2 mil millones de dólares se podrían crear cuatro refinerías que en cuatro años se pagarían solas y eliminarían la dependencia de México en gasolinas.
De facto la privatización energética ya se inició con los anticonstitucionales Contratos de Servicios Múltiples, el sindicalista denuncia que son a 20 años y las empresas trasnacionales reciben una participación de lo que se produzca, pero no corren riesgos, pues si no se alcanza la producción pactada cobran una multa que se traslada a deuda pública.
Al respecto el investigador universitario suelta: “Lo que tenemos es la presencia cada día más extensa de contratistas privados extranjeros, realizando actividades que antes realizaban direcciones generales de Petróleos Mexicanos. Ese tipo de contratos, ese tipo de operaciones tendrían continuidad en los próximos seis años. Un cambio constitucional sería la legalización de las operaciones que ya están en curso, por eso es inadmisible. Ellos vendrían a operar dentro del proceso constitucional, pero siguiendo el proceso de privatización de facto”.
En el mismo rubro, la jurista Sonia Rodríguez Jiménez advierte que aunque estas empresas se encuentren fuera de la Constitución pueden demandarnos de acuerdo al Capitulo XI del TLCAN, si se les cancelan los contratos: “Esa no es bronca del inversor. Lo que hay aquí es un poco de transparencia, es decir voy a invertir en México, entonces México me tiene que dar toda la información y condiciones. Si hubo corrupción, mala suerte, ese es problema de la República mexicana y se va a dejar ver en el laudo”
El Golfo de México es una de las zonas potencialmente más ricas del mundo en petróleo, por lo que seria un excelente botín. Ahí hay varios yacimientos en aguas profundas que supuestamente no tenemos los recursos ni económicos, ni tecnológicos para explotar. Mario Galicia refuta el argumento catalogándolo de una mentira más: “Cualquier país puede acceder a la tecnología, está en venta, si no la tenemos la compramos a Noruega o a Brasil. Pero también queda mucho potencial en aguas someras y en tierra. Nos quieren hacer creer que ya no hay petróleo y privatizar en donde no vemos, ni podemos supervisar cuánto sacan y a dónde lo llevan”.
John Saxe-Fernández indica: “El ex senador priísta Manuel Bartlett y algunos investigadores del Centro de Investigaciones Económicas, como Fabio Barbosa, efectivamente están planteando que parte del esquema de exploración y explotación de aguas profundas, tiene como meta precisamente que lo realicen empresas extranjeras. Ahora lo que conviene tener presente es que el país tiene gran potencial petrolero, no sólo en aguas profundas, sino en aguas someras y en la formación geológica de Xicontepec y eso también es de interés para Estados Unidos”.
Concluye: “Lo importante es que el gobierno y las grandes empresas estadounidenses no están en disposición de adoptar medidas de ahorro energético, sino que quieren seguir con el mismo tipo de consumo, teniendo sólo 3% de la población del planeta consumen como 25% de toda la extracción y de todos los combustibles fósiles que se usan. Eso no lo quieren modificar, sino que México intensifique la explotación y la exportación de crudo; es decir, es una profundización de una riqueza finita como es el petróleo de corte natural y de corte colonial y eso lo vienen a aplicar desde los 80”.
Capítulo XI del TLCAN Algunas reglas que podrían versar sobre la explotación de energéticos, si se hacen los cambios constitucionales y legales pretendidos:
Cada una de las Partes otorgará a los inversionistas (y las inversiones) de otra Parte un trato no menos favorable que el que otorgue, en circunstancias similares, a sus propios inversionistas en lo referente al establecimiento, adquisición, expansión, administración, conducción, operación, venta u otra disposición de las inversiones.
Requisitos de desempeño: Ninguna de las Partes podrá imponer ni hacer cumplir cualquiera de los siguientes requisitos o hacer cumplir ningún compromiso o iniciativa, en relación con el establecimiento, adquisición, expansión, administración, conducción u operación de una inversión de un inversionista de una Parte o de un país no Parte en su territorio para:
* Exportar un determinado nivel o porcentaje de bienes o servicios;
* Actuar como el proveedor exclusivo de los bienes que produce o servicios que presta para un mercado específico, regional o mundial.
Ninguna de las Partes podrá condicionar la recepción de una ventaja o que se continúe recibiendo la misma, en relación con una inversión en su territorio por parte de un inversionista de un país Parte o no Parte, al cumplimiento de cualquiera de los siguientes requisitos:
* Alcanzar un determinado grado o porcentaje de contenido nacional;
* Comprar, utilizar u otorgar preferencia a bienes producidos en su territorio, o a comprar bienes de productores en su territorio;
* Siempre que dichas medidas no se apliquen de manera arbitraria o injustificada, o no constituyan una restricción encubierta al comercio o inversión internacionales, nada de lo dispuesto en los párrafos 1 (b) o (c) o 3 (a) o (b) se interpretará en el sentido de impedir a una Parte adoptar o mantener medidas, incluidas las de naturaleza ambiental necesarias para: c). la preservación de recursos naturales no renovables vivos o no.
Cada una de las Partes permitirá que todas las transferencias relacionadas con la inversión de un inversionista de otra de las Partes en territorio de la Parte, se hagan libremente y sin demora.
Para mayor certeza, ninguna Parte podrá: requerir que un inversionista de otra Parte, por razón de su nacionalidad, venda o disponga de cualquier otra manera de una inversión en territorio de una Parte.
19.1.08
El proceso de privatización de PEMEX ; una documentación de prensa
06-11-2006
México
La estrategia para privatizar PEMEX Patricio Cortés
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