Carlos Fazio
votosy las
actasy tampoco con la democracia y las libertades, sino con los intentos de la administración Biden por reditar las fracasadas políticas de cambio de régimen de sus antecesores George W. Bush, Barack Obama y Donald Trump e imponer en el Palacio de Miraflores a la oligarca María Corina Machado, con posiciones afines a las del capitalismo salvaje del sádico de la motosierra, Javier Milei, figura salida de un Marvel cómics para ejecutar la agenda de la plutonomía en Argentina.
Desde el mismo día de los comicios, 28 de julio, Venezuela había entrado en una nueva fase de una guerra híbrida de espectro completo impulsada por Washington que sigue los manuales de la guerra no convencional del Pentágono, y que dirigida a desconocer el resultado y desestabilizar el país para imponer un gobierno títere, combinó la ciberguerra con la guerra urbana paramilitar, junto con una vasta campaña de intoxicación (des)informativa en los medios hegemónicos y las llamadas redes sociales, que tuvo en Elon Musk, como nuevo actor emergente visible del complejo digital-financiero-militar-industrial de Estados Unidos, a uno de sus principales protagonistas.
La secuencia de un golpe de Estado continuado que se intensificó en
junio pasado con sabotajes contra el sistema eléctrico e infraestructura
crítica; intentos de magnicidio; un blackout (apagón) informativo sobre la campaña de Maduro y la fabricación de una metarrealidad mediante la difusión de noticias falsas ( fake news) que colocaba urbi et orbi a
Edmundo González como seguro vencedor de los comicios, incluyó un
intento de sabotaje la madrugada del 27 de julio en la subestación
eléctrica de Ureña, que de haber sido volada
por sus
perpetradores habría afectado el servicio eléctrico en los estados
Zulia, Mérida, Yaracuy, Barinas, Apure, Trujillo y Táchira a horas de
abrir los centros de votación automatizados: en Venezuela el proceso
electoral es digital, no hay boletas de papel, la urna es una máquina
electrónica y el conteo es automático; al cierre de los colegios
electorales, el software suma los votos y da el resultado, es
decir, el acta de escrutinio. De allí que la intentona buscaba generar
un apagón eléctrico en el occidente del país para caotizar el proceso el
día de los comicios.
Si bien la jornada electoral transcurrió con normalidad, ya se había activado una intensa actividad maligna de bots a favor del candidato Edmundo González, y un masivo ataque cibernético a modo de enjambre contra el sistema de transmisión de datos del CNE, causa de la ralentización en el envío de votos y del proceso de totalización de los mismos, retraso que sirvió de caldo de cultivo para la agenda golpista de María Corina Machado y sus patrocinadores en la Casa Blanca.
Según denunció el presidente Maduro el 29 de julio, el ataque referido se trató de un DOS (denial of service, denegación de servicio) perpetrado desde la República de Macedonia del Norte, que consiste en saturar las redes con una enorme cantidad de tráfico espurio para evitar que se transmita la información. El DOS es un tipo de ataque habitual que se ha registrado en países como Hong Kong (durante las protestas de 2019) y contra grandes corporaciones como Telecom o Amazon. De acuerdo con Misión Verdad, Macedonia, miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), comparte información de inteligencia con Estados Unidos y desde 2018 mantienen un programa común en materia cibernética supervisado por el US Cyber Command (Comando Cibernético de EU), rama del Pentágono a cargo del general Timothy Haugh, quien también está al frente de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés), institución encargada del dominio cibernético y cuyos escándalos de espionaje y actividades maliciosas han rebasado los límites de su propio país.
En ese contexto entra en escena Musk, activo propagandista de
Machado, cuya firma SpaceX −según Reuters y Bloomberg− está construyendo
una red de cientos de satélites espías que pueden operar como un
enjambre en órbitas bajas, mediante un contrato clasificado de 2021 con
la Oficina Nacional de Reconocimiento de EU. A raíz del putsch en Bolivia, el también dueño del consorcio de autos a batería Tesla, dijo en 2020: Daremos un golpe de Estado a quien queramos. Lidiad con eso
. De allí que Maduro lo señalara como padrino
de la ultraderecha golpista venezolana.
Asimismo, la noche del 28 de julio entraron en acción los llamados comanditos
de Machado, fuerza paramilitar integrada por militantes de extrema
derecha, grupos de la delincuencia organizada local y narcotraficantes
colombianos, que responde al manual de guerra no convencional de fuerzas
especiales de EU y al esquema táctico operacional de guerra urbana del
Pentágono, que desarrollaron actos de violencia racista y clasista
contra el enemigo
chavista, incendiando alcaldías, sedes del PSUV
y espacios comunitarios, y derribando la estatua del indio Coromoto y
también de Hugo Chávez, en un intento por resquebrajar la unidad
cívico-militar-policial, cooptar a sectores de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y destruir al Estado desde dentro.
Maduro ha repetido en estos días que el fascismo no entiende de diálogo ni de democracia. Por eso aseguró que se le combatirá con la ley y la Constitución en la mano. Y ante un eventual escenario de invasión estadunidense, recordó que la Milicia Popular Bolivariana, integrada por 5 millones 200 mil milicianos, es el arma secreta de una guerra de todo el pueblo inspirada en la doctrina vietnamita. En Venezuela se juega si el subcontinente sigue por el camino de la paz o si se impone el fascismo. De allí, lo del título.